Pronto hará tres años desde que el pasado septiembre de 2015 la CUP de Tarragona presentara la moción sobre la mercantilización del espacio público y la ocupación de la vía pública por terrazas de establecimientos de hostelería y restauración. Ya en aquel momento, el partido alertó del desmoronamiento progresivo del espacio público y del crecimiento paralelo del número de terrazas. Si en 2013 la cifra era de 482, en 2015 se había incrementado un 50%, concretamente hasta 683 licencias. El partido ha lamentado en un comunidad que "a pesar de que la moción se aprobó, no se ha hecho nada". Y ha añadido: "Actualmente estamos a la espera de conocer la cifra actual, pero es evidente que, lejos de resolverse, la problemática ha empeorado".
La CUP defiende que ellos no están en contra de las terrazas, pero rechazan "la mercantilización del espacio público la cual conlleva inevitablemente la expulsión de todas aquellas actividades que no sean susceptibles de generar actividad económica". Y en su comunidad han destacado: "La prohibición de que los niños jueguen a la pelota en las plazas, que la gente pueda sentarse a la sombra de los árboles por su cuenta y tomar algo o una comida sin que implique un consumo en un establecimiento o la imposibilidad de circular para las personas con movilidad reducida por algunas calles o zonas de la ciudad porque están llenos de mesas y sillas es radicalmente lo contrario a una ciudad libre y participativa donde las clases populares tengan un peso significativo".
El partido municipal ha sido contundente: "La ciudad no es una mercancía, es un derecho de todas y de todos, de los vecinos y las vecinas que la hacen posible cada día. La CUP queremos que se garanticen las calles y las plazas de Tarragona como espacios libres de los intercambios monetarios que dominan las relaciones sociales. En este sentido reivindicamos más bancos para sentarse, más árboles y vegetación, menos arquitectura defensiva y menos mercado y mercadeo".
La masificación de terrazas es una problemática en varios barrios de la ciudad como son la Part Alta y la zona de la Plaza Corsini, y la privatización del espacio público es una realidad en espacios tan emblemáticos como el Parque de las Ranas. "Es imprescindible iniciar un debate público en el que puedan participar los diferentes agentes implicados (hostelería, vecindario, etc.) para definir las limitaciones y ordenación del espacio público para que las personas residentes en la ciudad y de forma especial en la Part Alta no sean expulsadas a partir de convertir los barrios en escaparates turísticos, a partir de concentrar terrazas y más terrazas en plazas y calles que se convierten en privatizados como consecuencia de una política del espacio público sometida exclusivamente a los intereses económicos y no a las necesidades vitales del vecindario", ha asegurado el partido político.
