La Crida-CUP denuncia la no implementación del programa "Camino escolar, espacio amigo" en el Centro Histórico, aprobado en el pleno de febrero a propuesta de esta formación. La Crida-CUP considera una clara vulneración de los derechos de los niños el camino escolar de los tres edificios educativos del centro histórico (preescolar y primaria de la escuela Cervantes y del centro Gairoles). Actualmente es un camino de vertederos, desechos, edificios abandonados, solares sucios, vidrios, hierros, cables, cucharillas y jeringuillas. Es la antítesis de lo que se aprobó en el pleno: «una red de movilidad segura, sostenible y autónoma que mejore el conocimiento que niños y jóvenes tienen de su barrio y dotarlos de herramientas para identificar situaciones de peligro. A través del desarrollo de recorridos seguros y agradables de casa a la escuela, que debe fomentar que los jóvenes formulen propuestas de mejora, participar en la ejecución y corresponsabilizar a toda la comunidad como agente educativo». En este sentido, el comercio de barrio es un punto clave para apoyar a los niños a lo largo del camino de la escuela.
La formación considera que esta situación de dejadez se agrava con el choque que supone la apertura del Call Jueu, un patrimonio en peligro de conservación. La Crida-CUP ya preguntó en el pleno de mayo de 2016 si, aparte del fomento del turismo, habría actuaciones para conciliar turismo y ciudadanía, políticas sociales que vincularan el Call con los vecinos del centro histórico. La respuesta del entonces teniente de alcalde Fèlix Larrosa fue que se trabajaría con las asociaciones del barrio para que así fuera. Dos años después, no se conoce ningún proyecto educativo ni social, proyectos que deberían unir ciudadanía y patrimonio con el fin de potenciar el conocimiento, el aprecio y la conservación de este legado recuperado. Hace tiempo que los vecinos tienen que pedir reiteradamente a las administraciones que actúen ante la falta de limpieza. Unos vecinos que, además, cada verano reciben a los temporeros de la fruta que sobreviven en sus calles; una crisis no afrontada por el Ayuntamiento que se superaría con el albergue de temporeros.
Ante esta realidad, la Crida-CUP antepone la protección de los niños y exige la implementación del proyecto «Camino escolar, espacio amigo» como punto de partida para el Plan Integral del Centro Histórico. Un punto de partida que supere las políticas de un Gobierno Municipal que ha querido tapar la realidad del barrio con intervenciones turísticas que apartan y esconden a su gente, como la conversión del Roser en Parador. Un Plan Integral que fije los objetivos en afrontar la gentrificación, la degradación de la vivienda y el paisaje, la falta de parques infantiles, el trabajo sexual, la situación socioeconómica de sus habitantes, la conciliación entre ciudadanía y turismo y hacer de la diversidad cultural el eje cohesionador. Una política que ponga en el centro a las personas.
