El sector de la construcción en las comarcas de Girona ha desacelerado su recuperación durante 2017. Según recoge la estadística del Colegio de Aparejadores, el año pasado en todo el territorio se terminaron 1.876 viviendas. Son un 8,72% más que en 2016. Aunque el año se cierre en positivo, el incremento ha sido menor de los que el sector había registrado desde 2014, cuando la construcción tocó fondo. El presidente de los aparejadores gerundenses, Miquel Vendrell, lo atribuye a la "incertidumbre laboral" y al hecho de que el acceso al crédito sigue siendo "limitado", más que a la situación política que se ha vivido en Cataluña. La estadística del Colegio de Aparejadores también permite ver cómo los extranjeros que compran viviendas en la demarcación –sobre todo, en la costa- han ido a la baja de un año para otro y cómo las rehabilitaciones siguen siendo una tabla de salvación para el sector.