La CEPTA quiere que Fomento asuma el mantenimiento de la AP-7 y la AP-2 cuando terminen las concesiones

02 de octubre de 2018 a las 19:07h
La CEPTA pone en duda el buen mantenimiento de las autopistas AP-7 y AP-2 cuando terminen las concesiones actuales, entre los años 2019 y 2021. Según la patronal tarraconense, el Ministerio de Fomento deberá asumir unos 13,6 MEUR anuales para mantener los 170 kilómetros de autopista que pasan por la demarcación de Tarragona y que revertirán al Estado. Según el jefe del gabinete de estudios de la CEPTA, Juan Gallardo, los recursos para mantener las autopistas en buenas condiciones deben salir de los presupuestos generales del Estado y no deben comportar una mayor presión fiscal a los usuarios. En todo caso, la patronal defiende que, si se decide implementar un modelo de viñeta, se aplique al conjunto de la red de alta capacidad del Estado para que no sea "discriminatorio".
El último observatorio empresarial de la entidad pone el foco en el futuro de las autopistas de peaje que pasan por la demarcación de Tarragona. La gran incógnita es saber cómo se asumirá el mantenimiento de los diferentes tramos una vez terminen las concesiones. El primero que se prevé liberar es el de la AP-7 entre Tarragona y Alicante el 31 de diciembre de 2019, mientras que el 31 de agosto de 2021 terminarán las concesiones de la AP-7 entre Tarragona y La Junquera, y de la AP-2 entre Zaragoza y Mediterráneo. La finalización de la concesión dejará sin financiación las tareas de conservación y mantenimiento que ahora asumen las concesionarias. Según estimaciones de la asociación ACEX, se calcula un coste de 80.000 euros anuales por kilómetro de autopista, lo que significa que mantener los 170 kilómetros de autopista que se liberarán en la demarcación de Tarragona puede suponer unos 13,6 MEUR al año. La CEPTA ha alertado de que este importe significa casi la mitad de la licitación total realizada por el gobierno español en la demarcación en 2017. Por este motivo, el jefe del gabinete de estudios de la patronal, Juan Gallardo, ha manifestado que tienen "dudas" de que Fomento pueda hacerle frente. Gallardo ha valorado que actualmente las autopistas tienen un buen mantenimiento, pero que una bajada de los estándares podría repercutir negativamente en sectores como el transporte y el turismo. La patronal tarraconense apuesta por que los recursos de conservación y mantenimiento salgan de los presupuestos generales del Estado y recuerda la existencia de los impuestos a los hidrocarburos. La entidad descarta, de entrada, peajes alternativos o una mayor presión fiscal a los usuarios, pero no vería con malos ojos que se hiciera pagar una tasa por circulación en toda la red de alta capacidad del Estado. Este concepto sería similar a la "euroviñeta", pero desde la CEPTA defienden que sería necesario aplicarlo a todos los vehículos usuarios de la red. Ante la disparidad de criterio entre el gobierno español y la Generalitat sobre la viñeta, la CEPTA insiste en que el modelo debería ser homogéneo en todo el Estado y no discriminatorio, por lo que propone iniciar un debate a todos los niveles. El objetivo ideal, reconoce la entidad, sería disponer de un modelo único en Europa. La patronal admite que una nueva tasa perjudicaría al sector del transporte porque ya asume un importante grado de fiscalidad, pero constata que el esfuerzo estaría más repartido entre todos los usuarios del Estado. El estudio de la CEPTA valora positivamente la finalización de las concesiones de las autopistas para el sector del transporte. Según este observatorio, el ahorro para un vehículo pesado sería de 13.000 euros al año si realiza dos viajes por semana entre Tarragona y Alfajarín (Zaragoza); de casi 9.000 euros cada año a razón de dos viajes semanales entre Tarragona y Sagunto, y de 4.400 euros entre Tarragona y Barcelona si también se realizan dos desplazamientos por semana. Apuesta por el desdoblamiento de la N-340 Por otra parte, la patronal tarraconense defiende el desdoblamiento de la N-340 en las Tierras del Ebro y en el Penedès, el impulso de la A-27 entre Valls y Montblanc, y la prolongación de la autovía C-14 hasta la plana de Lleida. Por el contrario, la CEPTA cree que el desdoblamiento de la N-240 entre Montblanc y Lleida no está suficientemente justificado, dado que la AP-2 registra una intensidad media de tráfico que no alcanza los 10.000 vehículos diarios.
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