El 28 de septiembre, la Asociación de vecinos Maria Cristina y alrededores puso en marcha la campaña de sensibilización, civismo y concienciación "Por un barrio más limpio", con el objetivo principal de reducir de manera considerable los excrementos y las micciones de perros.
La asociación ha colgado carteles informando de la campaña por todo el barrio para concienciar a los dueños de los perros de la preocupación del vecindario sobre la suciedad de la zona. "Ni positivo, ni negativo", responde el secretario de la asociación, Pere Bosch, sobre el balance hasta el momento. No han podido notar ninguna mejora sustancial desde antes de la campaña hasta el momento actual, sino quizás todo lo contrario. En una tienda del barrio, donde tenían colgado el cartel como apoyo a la iniciativa, le tiraron una bolsa con excrementos de animal. Además, se han encontrado muchas veces micciones delante de carteles. Pere Bosch explica que una de las razones de esta negativa podría ser que "el propietario del perro se siente atacado, como si fuera una cosa personal contra él y su libertad de pasear a su perro". El secretario de la asociación cree que se ha establecido una especie de libertinaje en el que los perros hacen necesidades en cualquier lugar: farolas, comercios, fachadas o mobiliario público como bancos, etc.
Secretario de la asociación, Pere Bosch, junto a un cartel de la campaña. La mayoría de la gente que pasea al perro son vecinos del barrio, no dejan que sus mascotas hagan sus necesidades en casa porque ensucian, pero en "el espacio de todos tampoco se debe dejar huella", reclama el secretario. La Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA) alertó de los parásitos que contienen los excrementos y que podrían producir enfermedades en los seres humanos, como problemas gástricos, intestinales o infecciones.
En el barrio Maria Cristina, podemos encontrar lugares con más preocupación que otros en función de su suciedad. La zona de la avenida de Cataluña con porches y el parque infantil son los principales. Pere asegura que aunque no se ensucie en los "elementos internos del parque, sí que se hace en el entorno como los bancos donde esperan los padres". Aunque los miembros de la asociación piensen que el acto de dejar de ensuciar "debería ser de la misma persona consciente de que su libertad termina donde empieza la de los demás a tener un barrio limpio", están pensando en otras soluciones. De este modo el día 7 de noviembre tienen concertada una cita con la concejala de limpieza del Ayuntamiento de Tarragona, Ivana Martínez, para exponerle el cómo y el porqué de su campaña y poder encontrar una solución conjunta.
Micciones alrededor del parque infantil Aunque el pasado 21 de julio salió una ordenanza de tenencia de animales en la que se especifica las sanciones en relación a la suciedad de las mascotas en las calles y las zonas públicas, el ayuntamiento sugirió al barrio que se denunciara a los vecinos que ensuciaran, la asociación quiere buscar una alternativa. "Denunciar a un vecino, alguien que tengo que ver cada día, es desagradable, ¿cuál será la relación de vecindad?", expresa Pere. No quieren crear ningún conflicto entre los mismos vecinos ni entre la asociación y los vecinos.
Por estas razones quieren demostrar al ayuntamiento que esto no lo puede hacer un vecino sino un agente de autoridad. En la asociación piensan que podría ser una especie de guardia de zona azul o estos mismos que al pasar tenga esta autoridad, "si no sancionadora, de alerta, y en caso de reiteración que pudiera llamar a la guardia urbana", comenta Pere Bosch como ejemplo de alternativa.
Aunque están esperando a hablar con el ayuntamiento y ver qué les proponen, la asociación ya está pensando en otras ideas de acciones propias, como comprar ellos mismos botellitas donde poner agua y vinagre para tirar sobre las micciones de los perros, como se hace en otros municipios.