La calle Sant Blai de Tortosa es, o mejor dicho era, el centro por excelencia del comercio tortosino. El paso de los años, y una fuerte crisis económica a nivel nacional, ha dejado una huella que es visible para cualquiera que pasee por esta calle comercial de la capital del Baix Ebre. Muchos comercios han bajado la persiana, como la histórica Pastelería Pallarès, que había estado abierta durante 60 años. Desde el Ayuntamiento de Tortosa también se ha detectado este cambio comercial. El concejal de comercio, Emili Lehmman, explica que se ha observado una tendencia de "migración de tiendas a la avenida de la Generalitat". Esta observación es compartida por la dinamizadora de la asociación Comerç Centre de Tortosa, Montse Llorca, que ha apuntado que cada vez más "hay una proliferación de comercios efímeros que, normalmente, están relacionados con la venta de teléfonos móviles". El traspaso del comercio a la avenida de la Generalitat se debe, también, a las características de los locales, que generalmente son más grandes. Este aspecto es el que convence a las grandes marcas, las que provocan que haya un gran volumen de peatones y de futuros compradores. Sin embargo, desde la asociación del Comerç Centre de Tortosa trasladan su preocupación ante estos "monstruos comerciales" que provocan que cada vez más "los comercios de proximidad tengan que adaptarse a sus condiciones y tengan que esforzarse por marcar la diferencia". Sin embargo, Llorca, apunta la solución del problema: "tenemos que crear más conciencia comercial para que los consumidores vayan primero a los comercios de proximidad. Estos están desapareciendo, ya no por la disminución de las ventas, sino porque los locales de la calle Sant Blai son pequeños y el precio de alquiler es muy elevado". Además, Llorca apunta que otro problema del comercio en el centro de Tortosa es la despoblación que están viviendo las Terres de l'Ebre, y con este problema, se junta la disminución del poder adquisitivo de la población ebrenca. A pesar de ello, Llorca destaca que "este es un problema que ya se escapa de las manos del consistorio municipal y de la Asociación del Comerç Centre de Tortosa.
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