Este miércoles 6 de febrero vuelven las visitas guiadas a la Bòbila Sugranyes, después de que el Instituto Municipal Reus Cultura que gestiona el espacio, ha fijado un programa de visitas cada primer miércoles de mes. Durante este primer semestre habrá un cambio el mes de mayo, dado que el primer miércoles es el día 1 y es festivo, con lo cual las visitas guiadas se trasladan al día 8 de mayo.
Los visitantes deben estar en la puerta de entrada al recinto de la Bòbila Sugranyes a las 17:00 h. La visita tiene una duración aproximada de una hora. Para las reservas, se debe contactar previamente con el Museo de Reus, al teléfono: 977 010 660 (hay que preguntar por Isabel Recuenco o Elena Martí) o bien se puede enviar un correo electrónico a la dirección irecuenco@reusdigital.cat.
Pincelada histórica Según explica Jaume Massó, se llama horno o bòbila del Sugranyes, aunque también se le conoce como horno del Manxa. En el acta municipal del día 2 de febrero de 1848 se da cuenta de la solicitud de Josep Sugranyes "para que se le permita construir una fabrica de ladrillos en las tierras del Boix sitas al lado izquierdo de la carretera Amalia". Hay que tener en cuenta que hubo otra bòbila homónima –también propiedad de la familia Sugranyes– cerca de la carretera de Castellvell, conocida por el hallazgo de un importante yacimiento del paleolítico medio. Cabe decir, sin embargo, que el primer horno de tipo Hoffmann no se construyó hasta 1858 (en Prusia) y que –por lo tanto– la estructura conservada junto a la carretera de Tarragona debe ser posterior, quizás de la década de los setenta o de la de los ochenta del siglo XIX.
Se trata de una gran construcción construida con adobes y ladrillos, de planta poligonal casi circular y de unos veintitrés metros de diámetro, con una chimenea central –de diecinueve metros de altura, de planta inferior cuadrada y humero superior octogonal– que sobresale del área inferior del horno, con doce bocas radiales y una galería de circulación perimetral. Encima de la estructura inferior se estableció una cámara anular, cubierta por un tejado con cabrios de madera dispuestos de manera radial desde el humero y sostenidos con pilares de ladrillos. En la parte baja del lado sudoriental hay un cuerpo anexo a la galería de circulación, que sigue la disposición radial.
Este horno, en el que se fabricaron ladrillos, tejas y otros elementos cerámicos para la construcción, es citado en un expediente municipal de 1906, que incluye una Relación de hornos ladrilleros y alfarerías de Reus. En 1919 era propiedad de Joan Sugranyes Miquel y, en 1931, de su sucesor Antoni Sugranyes Olivé. Consta documentalmente que el horno no estaba activo en 1934, pero retomó la actividad después de la guerra Civil. En 1955 se anunciaba en la prensa local la "Fábrica de ladrillos y tejas" del "Sucesor de Juan Sugrañes Miquel", situada en la "Carretera Tarragona (puente F. C.)". Dejó de funcionar unos cuantos años después y, poco a poco, se fue degradando. En los años noventa, la Asociación del Museo de la Ciencia y la Técnica y de Arqueología Industrial de Cataluña lo incluyó en la lista de cien elementos destacados del patrimonio industrial catalán, haciendo constar que "es una de las pocas bòbiles de esta tipología que quedan en nuestro país". Después de su adquisición por el Ayuntamiento, el elemento fue declarado en 2005 bien cultural de interés local. Fue restaurado y rehabilitado entre los años 2010 y 2011, a partir de un proyecto de los arquitectos Figuerola, Gavaldà y Romera y gracias a una subvención del FEDER. Hay instalada una exposición didáctica sobre la producción de cerámica en Reus y en su entorno, desde la época prehistórica hasta el siglo XX.