Gizem es una niña que, con solo tres meses y medio, pasó más de 128 horas bajo los escombros después del devastador terremoto que afectó al Kurdistán el pasado 6 de febrero. Hace dos días se reencontró con su madre, que previamente había sido declarada muerta, según informa el ministerio de Familia y Asuntos Sociales de Turquía.
El terremoto, donde murieron unas 50.000 personas, fue benévolo con la pequeña Gizem, ya que cuando los equipos de rescate la sacaron de entre los escombros del edificio donde vivía, en la provincia de Hatay, la niña estaba prácticamente ilesa.
La rescataron de los brazos de su madre, Yasemin, pero, en el caos, mientras la niña fue trasladada a Ankara, la madre era hospitalizada con numerosos traumatismos, en un centro médico de Adana. Ante la confusión, y pensando que era huérfana, los médicos pusieron por nombre, a la pequeña, Gizem, que en turco significa 'milagro'.
LOS MILAGROS EXISTEN
Ante la insistencia de Yasemin, asegurando que la hija estaba viva, las autoridades iniciaron la búsqueda y una prueba de ADN confirmó el parentesco entre Yasemin y Gizem (el nombre real de la cual es Vetim).
Como en una telenovela turca, la niña fue trasladada en el avión presidencial y entregada a su madre por la ministra turca de Familia y Asuntos Sociales. Desgraciadamente, los que sí murieron durante el terremoto fueron el padre y los dos hermanos de la pequeña Gizem. Y como en las telenovelas turcas, la historia acaba bien, pero con un final agridulce.
