Clases de improvisación musical, asignaturas de violín o piano y conciertos en la calle son algunas de las actividades que llevarán a cabo los 72 jóvenes talentos de la música clásica de 22 países diferentes que desde este jueves participan en la 16ª Academia Internacional de Música de Solsona (AIMS). Durante doce días los alumnos tendrán la oportunidad de aprender interpretación dentro de las tablas, pero también de subir al escenario acompañados de sus profesores, todos ellos catedráticos de alto nivel. Uno de los estudiantes que por primera vez participa en la AIMS es Aditya Mukherji, de Bombay (India). Para él es muy importante estar en Solsona estos días, ya que, según ha dicho, "en la India no tenemos ninguna escuela de música clásica y, por lo tanto, aprender música es muy difícil porque no tienes la oportunidad de optar a una educación formal". El director artístico del certamen, Peter Thiemann, ha explicado que todos los alumnos tienen un perfil en común: "Saben que la música será su futuro profesional".
Aditya Mukherji es indio y tiene 29 años. Es la primera vez que participa en la Academia Internacional de Música de Solsona y es uno de los alumnos que AIMS Fundació ha becado para que pueda participar en el programa pedagógico que durante 12 días se desarrollará en Solsona. Este joven de Bombay está muy agradecido de poder participar en la AIMS, ya que, según ha relatado, en la India "desafortunadamente aprender música clásica es muy difícil". Mukherji es un apasionado de la música y, de hecho, en su país imparte clases de violín a niños pequeños, pero lamenta que "allí no tengo ninguna oportunidad de mejorar mi música". En la otra cara de la moneda está Gerard Flotats, un joven solsonés de 16 años que este año es la cuarta vez que participa en la AIMS. Aunque reconoce que el primer año decidió participar en el certamen por el hecho de celebrarse en Solsona, ahora asegura que "si lo trasladaran a otro lugar también me apuntaría". Gerard considera que la AIMS tiene "profesores de mucho nivel y conoces a mucha gente del mismo mundo que el tuyo". También es repetidor Jorge Forés, un joven de 17 años de Alcañiz, que es el segundo año que asiste a la AIMS. Forés explica que se quiere dedicar profesionalmente a la música y cree que, aparte de la vertiente educativa, la AIMS es muy importante para él para quitarse el miedo escénico. "Un músico a lo largo de su vida tendrá que subir a un escenario y eso impone, por eso el hecho de que en la AIMS hagamos tantos conciertos te ayuda a ganar experiencia", ha expresado este joven aragonés. Forés ha explicado que la exigencia de la AIMS es muy grande y deja claro que "de relax, nada de nada". De hecho, el director artístico de la AIMS, Peter Thiemann, ha reconocido que los alumnos trabajan entre 14 y 16 horas diarias. Un millar de alumnos de cincuenta nacionalidades diferentes, balance de los 16 años de la AIMS La AIMS es el único festival pedagógico de todo el Estado y en sus dieciséis años de existencia ya han pasado cerca de 1.000 alumnos de 50 nacionalidades diferentes. Este año el certamen acoge a 72 estudiantes de 22 países del mundo como Portugal, Francia, EEUU o Inglaterra. En cuanto al AIMS Festival, en esta edición se han programado 34 actuaciones en diferentes escenarios del Solsonès, el Bages, el Moianès, el Alt Urgell, el Segrià y el Baix Llobregat. El secreto del éxito de la AIMS, según su director, Peter Thiemann, es su claustro, formado por diez profesores de larga trayectoria y éxito reconocido. Todos ellos vendrían a ser el cartel del único festival pedagógico del país, y el motivo por el que jóvenes talentos de todo el mundo se atreven a venir hasta Solsona para aprender técnicas de interpretación durante casi dos semanas. Los alumnos reciben clases magistrales individuales de asignaturas como violín, viola, violonchelo, contrabajo, piano, improvisación, orquesta de cámara y música de cámara en diferentes formaciones. Más allá de eso, para Thiemann, los jóvenes también vienen atraídos por el hecho de que se les ofrece la oportunidad no sólo de aprender dentro de un aula, sino también de subir al escenario y poner en práctica todos estos conocimientos acompañados de sus profesores. La vertiente más social del festival La AIMS quiere hacer llegar la música a todos los colectivos de la sociedad, por este motivo los precios de las entradas de los concierto son accesibles. Además, se celebran conciertos populares en la calle y, desde hace diez años, se ofrecen actuaciones para colectivos sin posibilidad de acudir a las salas convencionales y las interpretaciones se hacen en hospitales, residencias de tercera edad, centros para discapacitados e, incluso, en casas particulares.
