El Puerto de Tarragona se encuentra en un contexto de cambio que transformará por completo sus infraestructuras y la relación con su entorno gracias a este Horizonte 2023 que se ha marcado. Josep Maria Cruset, Presidente de la Autoridad Portuaria, nos explica en esta entrevista cómo avanzan todos estos proyectos de la mano del territorio y qué aportarán a la población del Camp de Tarragona.
El Puerto de Tarragona es el que más crece del TOP10 en todo el estado durante 2021 y experimenta un crecimiento del 6% en el primer semestre de 2022. ¿Cuál es la clave?
Hay una doble componente: la interna y la territorial. En el primer caso, dedicamos buena parte de nuestros esfuerzos a transformarnos constantemente para estar en la posibilidad de ofrecer la mayor capacidad a nuestros clientes. Desde construir nueva infraestructura como comercializarse hacia fuera y dinamizarse empresarialmente. El otro elemento clave es el territorio, al que nos ofrecemos y prestamos servicio. Después de la covid, ha tenido la capacidad de volver a recuperar ritmo y ponerse en una actitud empresarial proactiva. No había pasado en otras crisis.
¿Qué efecto tiene la guerra de Ucrania de cara a la actividad del Puerto y los proyectos ligados a la construcción que tenéis entre manos?
Parecía que el tema de los cereales nos afectaría mucho y estamos funcionando con crecimiento en importaciones de cereales. Este primer semestre ha sido el de mayor importación de cereales de la historia del Puerto. En el ámbito del encarecimiento de materiales, nos afecta como a toda la sociedad. Es verdad que no nos ha complicado el día a día. La previsión económica y el calendario que teníamos lo estamos desarrollando con normalidad porque las administraciones han reaccionado bien con las modificaciones a la ley de contratos. Por ejemplo, una obra importantísima para el territorio como el Corredor del Mediterráneo podría haber sufrido los efectos de esta realidad y se está ejecutando de acuerdo con los calendarios.
Uno de los grandes proyectos de crecimiento del Puerto y del mismo territorio es la futura Zona de Actividades Logísticas (ZAL). ¿En qué punto nos encontramos?
Estamos urbanizando este entorno haciendo los viales perimetrales. Antes de terminar el año, estaremos ejecutando otras fases de las obras como las de una canalización que pasa por la Red Natura 2000 y la tenemos que mover, las conexiones de la ZAL con los accesos exteriores o la misma Red. Estamos a pleno ritmo para que a finales de 2023 y comienzos de 2024 podamos tener la ZAL y se hagan las primeras implantaciones empresariales.
¿Qué tipo de inversiones debe atraer este proyecto?
Lo explicamos casi por pasiva. Una ZAL no es un polígono industrial municipal donde se hacen pequeñas naves y se meten talleres. Su vocación es acoger implantaciones empresariales que representen oportunidades potentes para el territorio con implantaciones de miles de metros cuadrados y generación de puestos de trabajo. Por lo tanto, no nos precipitaremos a concesionarla a la primera opción que pase. Buscamos que abra nuevas oportunidades para el futuro.

¿Se pondrán líneas rojas a la hora de elegir estas empresas?
No puede haber empresas que no sean compatibles con el entorno turístico de Vila-seca o con el entorno medioambiental de la Red Natura 2000. El foco está puesto en empresas sostenibles y con capacidad de generar oportunidades.
Dentro de todo esto, ¿qué implica la restauración de los espacios naturales de la Red Natura 2000?
El proyecto de la ZAL y la Red Natura 2000 recogen muy bien lo que entiende la Autoridad Portuaria que debe ser el desarrollo económico hoy en día. Por un lado, para generar bienestar a los ciudadanos es necesario que exista este desarrollo económico a través de la ZAL. Pero la población demanda que sea equilibrado con el entorno. De ahí que también exista el proyecto de la Red de Natura 2000 en el que se recuperan 37 hectáreas de zona verde que en su momento eran de propiedad privada y estaban absolutamente degradadas. La Autoridad Portuaria ha ido adquiriendo estos terrenos y estamos terminando de adquirir los últimos metros cuadrados. Se convertirá en lo que será la tercera o cuarta zona húmeda litoral de toda Cataluña. Es una oportunidad medioambiental y turística.
Deja casi un espacio paradisíaco.
Funciona muy bien en este trabajo de definir el espacio de intercambio entre La Pineda -sector turístico- y el Puerto -sector logístico-. Con el Ayuntamiento hemos estado dedicando muchos esfuerzos para ver cómo lo queremos y mostrará una transición en la que los dos lados de esta frontera serán compatibles y se sentirán cómodos.
En el Serrallo también ha trabajado con inversiones recientes de más de un millón de euros.
Son unas infraestructuras que salen porque hemos trabajado conjuntamente con la Asociación de Vecinos y hemos identificado que en verano hay necesidad de sombra en los parques y en el Frontal Marítimo. Entonces, cubriremos estas zonas. Además, en todo este concepto de potenciación de la imagen del Serrallo, tenemos la necesidad de recuperar el pantalán para ver el barrio desde el mar.
El Serrallo es un barrio con su propia idiosincrasia, profundamente ligada al Puerto. ¿De qué manera gestiona esta relación?
Los vecinos del Serrallo se definen con una identidad propia. Seguramente porque era un barrio volcado al mar y porque la red ferroviaria les separaba de la ciudad. Desde la piel de las casas del Serrallo hasta el mar es ámbito de dominio público portuario y somos quienes se ocupa de mantenerlo. Por eso, hacemos un diálogo continuado con la Asociación de Vecinos o las empresas de restauración. No es una excepción el hecho de que, a pesar de ser un barrio, haya sido reconocido como Villa Marinera y que El Foraster haya emitido un programa sobre el Serrallo.
El Puerto se ha transformado a lo largo de estos años y el mismo barrio también ha cambiado, se ha envejecido. ¿Cómo ha afectado esto en este diálogo?
En el pasado era una relación muy compleja porque toda la actividad portuaria fluía por las calles del barrio. Por lo tanto, los cientos de camiones pasaban por las calles del Serrallo. Esto ha ido evolucionando hacia una relación estrecha en positivo. El Puerto siente muy suyo el barrio. Ahora este entorno no tiene nada que ver con el de años atrás y está revirtiendo el proceso de envejecimiento de las últimas décadas. Hay un retorno de la gente al Serrallo, sólo hay que ver las celebraciones de los últimos meses con la Pérgola del Serrallo llena de gente joven. Hay una recuperación de vitalidad del barrio. Por ejemplo, el Gremio de Mareantes ha recuperado el Baile de Titanes para la fiesta mayor y ha tenido una respuesta del barrio espectacular.
Precisamente, ha sido patrocinadores de los actos de las 700 Teclas. ¿Qué valor le da a la marca del Puerto estar ahí?
Son 2.000 años de historia compartida en los que cuando le ha ido bien al Puerto, le ha ido bien a la ciudad y al revés. En el caso de Tarragona, esto se escenifica en la buena sintonía entre el Ayuntamiento y el Puerto. No estamos en Santa Tecla sólo para poner recursos, sino que estamos desde la convicción de que una Tarragona potente culturalmente y un referente en el país nos multiplica también en el Puerto. Un territorio que tiene capacidad de marcar perfil propio, lo acaba haciendo en todos sus ámbitos.
En muchas entrevistas habla del concepto de intermodalidad. ¿Qué inversiones tienen en marcha para reforzar la conexión ferroviaria con el Puerto?
El concepto de intermodalidad está encima de todas las mesas porque el desarrollo social futuro pasa por aquí. Si queremos mantener las condiciones en las que vive la sociedad y hacerlo compatible con el entorno, el sistema logístico debe ser eficiente. Es decir, los productos deben transportarse en el sistema modal más eficiente para cada una de las distancias.
El Puerto está invirtiendo en el crecimiento de la terminal ferroviaria que hay en el interior del Puerto, la de la Boella, para tener más operativas ferroviarias. Además, estamos construyendo una terminal ferroviaria en el centro de la península (Terminal Guadalajara) para conectarnos a un sector de alta demanda de producto. Es necesario porque no podemos mover productos a más de 200 km pensando sólo en el camión, que tiene un impacto ambiental alto.

Además, también abanderan las reivindicaciones de la plataforma de Mercancías por Interior.
Si sabemos que en los próximos años crecerá de forma sustancial el transporte de mercancías por ferrocarril, se deben replantear cuestiones. Una de ellas es el hecho de que las mercancías pasen por la costa y los pasajeros por el interior. No tiene ningún sentido. Debería ser al revés y que los pasajeros pasaran por la costa, donde están las grandes concentraciones poblacionales. Cuando empecé de Presidente, nos pusimos rápidamente de acuerdo con la Plataforma de Mercancías por Interior. El Puerto es el primer interesado en que las mercancías pasen por donde toca.
¿Qué respuesta han recibido?
Ha habido logros importantes, el Ministerio está trabajando el primer estudio para mover las mercancías al interior. Es un primer paso relevante. Lo que hacemos también es intentar ir por delante y ya estamos haciendo los estudios y proyectos para sacar las mercancías del Puerto hacia el interior. Podríamos encontrarnos en la circunstancia de que se resolviera esto y que entonces el Puerto tuviera que hacer este trabajo. Por eso, vamos por delante.
Este año la temporada de cruceros ha llegado con fuerza con el Muelle de Baleares. ¿Qué balance hacen?
Haremos un balance positivo. Contábamos con que pasarían 50.000 cruceristas (un tercio del año precovid) y nos situaremos seguramente pasando los 70.000. El año que viene, Global Ports ya habrá podido desplegar toda la acción comercial y cogeremos ritmo rápidamente.
¿Cómo entiende el Puerto este proyecto de cruceros?
Es un proyecto que es poco del Puerto y mucho del territorio. Para nosotros, el impacto económico en la Autoridad Portuaria es relativamente pequeño, pero tiene un valor añadido para el territorio porque permite diversificar el sector turístico en épocas del año en las que los mercados tradicionales tienen una reducción. Por eso, la gestión del proyecto de cruceros en Tarragona no es sólo de la Autoridad Portuaria, sino que es un proyecto coral del territorio. También trabajan los ayuntamientos de Reus y Tarragona, la Diputación de Tarragona, la Cámara de Comercio, la universidad, el aeropuerto... Mientras que en otros destinos del Mediterráneo es un proyecto muy portuario e incluso de conflicto con las ciudades.
¿Por qué aquí no se escenifica este conflicto con las instituciones?
Esto no ocurre porque es un proyecto coral, porque tenemos claro que la magnitud del proyecto debe ser aquella que tenga interés para el territorio. A veces alguien nos dice que los cruceros tienen una cierta oposición. La tienen en ciudades donde llegan 4 millones de cruceristas en un año. Nosotros estamos en una dimensión absolutamente diferente. El escenario de mayor asistencia ha sido 130.000. Además, en aquellos casos los visitantes se quedan en el núcleo de la ciudad, mientras que nosotros los distribuimos por el territorio. Tenemos bien equilibrado el número en función de nuestra capacidad.
¿Qué tipo de crucerista llega a Tarragona diferente del de Barcelona o Venecia?
Tenemos un crucerista muy diversificado. Tenemos uno que su propósito es hacer una visita a Tarragona y luego volver al barco. Pero durante muchos años hemos estado trabajando compañías premium de cruceros (más pequeños) que tienen vocación de estar muchas horas. Por ejemplo, para poder viajar al Priorat a visitar unas bodegas o conocer el Monasterio de Poblet. Los dos tipos son importantes porque generan oportunidades empresariales diferentes. La gracia es la combinación de los dos.
Parece que todo lo que impulsa el Puerto va siempre en coordinación de los diversos actores. ¿Este arraigo al territorio es indispensable a la hora de sacar adelante un proyecto?
Intento darle este talante, seguramente derivado de los años como alcalde. No tiene sentido hacer aquello que la gente no quiere, es muy elemental. La relación con la Plataforma de Mercancías por Interior, matizar el proyecto de cruceros, mejorar la frontera con Vila-seca o con Tarragona... Hay que trabajarlo así porque desarrollar algo en contra de las voluntades o necesidades del territorio es un mal gasto de dinero público.
¿Se mantiene intacto este horizonte 2023 que plantea el Puerto?
Conceptualmente sigue intacto. El calendario puede tener algún matiz porque algunas cosas estarán para 2023 y otras pisando 2024, ya que la covid ha ralentizado algunas iniciativas. Lo importante es que sólo hablamos de certezas. Si alguna infraestructura no está finalizada el 31 de diciembre de 2023, en ese momento será evidente que la obra es una realidad. Lo que no esté terminado, estará muy avanzado.