¿Qué extrae de este 2017? ¿Qué balance hace?
Como noticias negativas, la muerte de dos concejales, la de María Isabel Negueruela y la de Albert Abelló. También lo ocuparía el ambiente político en la ciudad por el tema de la independencia. Como valoración positiva resalta la realización de grandes proyectos: la consolidación de los Juegos Mediterráneos, la puesta en marcha del mercado –es la inversión pública más grande que jamás se ha hecho en la ciudad con un presupuesto de 47 MEUR-, el compromiso de la pasarela que comunica la Rambla con la playa del Miracle y que por primera vez, después de más de 100 años, nos servirá para poder cumplir el sueño de nuestros antepasados. Además, también destaca la bajada de parados. En estos momentos, tenemos 8.000 personas paradas en la ciudad. Este número está por debajo de la media en la demarcación y en la línea del paro que hay en el conjunto de Cataluña. Esto es debido a la diversidad económica que tenemos en nuestro territorio y en la ciudad: industria, logística, comercio, universidad y conocimiento, y otros sectores económicos.
Rubén Viñuales (Cs) le acusa de cumplir sólo un 15% de su programa electoral. ¿Qué piensa?
Es mentira. Primero, ya sé que es nuevo en política y quizás deba aprender un poco. Pero los mandatos se valoran globalmente al cabo de cuatro años. Segundo, este 15% se lo ha inventado. Tercero, yo tengo en mi histórico cumplimientos del 70 y 80% y este mandato, también. Si Viñuales quiere hacer alguna campaña, que la haga en sus proyectos.
Año 2018: año olímpico.
Está progresando todo muy bien. Es verdad que falta aún la noticia de que se aprueben los presupuestos generales del Estado; sin embargo, estamos -económicamente hablando- salvados, y es que la contribución económica de la Unión Europea ha constado de un presupuesto de 3 MEUR. Por otra parte, las inversiones se están terminando con retraso, sobre todo en el Pabellón de la Generalitat como consecuencia de lo que ha pasado en los últimos meses, pero estamos absolutamente seguros de que se sacará adelante con una realización que es muy importante como es la desaparición de la antigua carretera de circunvalación al lado del Nàstic. Esto es gracias a la inversión de los Juegos.
¿Los tarraconenses creen en este proyecto?
Los ciudadanos en general –no sólo los tarraconenses- siempre son escépticos de los grandes proyectos. Recuerdo que Pasqual Maragall me dijo que sufriría cada día hasta que empiecen los Juegos. La gente es escéptica porque ves que no llegas a tiempo, que alguna decisión genera polémica... Pero una vez se inauguren los Juegos será un evento muy importante. Es una gran inversión hecha en Ponent, que era la parte más degradada, históricamente, de la ciudad. Los ciudadanos se irán animando a medida que vean que esto toma forma y toma cuerpo.
Los Juegos Mediterráneos nos dejarán un legado de instalaciones, pero ¿qué más?
Primero, la autoestima de haber organizado un evento de carácter internacional muy potente. Tarragona es la ciudad más pequeña que ha organizado, hasta ahora, unos Juegos Mediterráneos. Por otra, puestos de trabajo e inversión, ya que hasta ahora se han generado más de 1.000 puestos de trabajo, entre indefinidos y temporales. Se han hecho más de 80 MEUR de inversión, el Ayuntamiento de Tarragona sólo ha tenido que aportar 12 MEUR de esta inversión total. Nos quedará un legado de ciudad de destino de turismo deportivo y que nos faltaba en la etiqueta de marca ciudad. La marca ciudad de Tarragona ya se ha consolidado como una marca de destino cultural, sobre todo de patrimonio histórico y monumental; aunque Tarragona también se está consolidando como un destino gastronómico (el pescado azul, cocina mediterránea...) y que está funcionando muy bien. Gracias a las instalaciones, los tarraconenses no sólo practicarán más deporte, sino que lo podrán hacer con mejores condiciones y probablemente, se podrán celebrar muchos eventos y muchas selecciones podrán hacer stages de pretemporada, por ejemplo. Esto generará más ocupación hotelera.
¿El patrimonio de Tarragona goza de buena salud?
Goza de muy buena salud porque además, hemos hecho inversiones constantes. Cuando yo llego a la alcaldía, el Puente del Diablo se estaba cayendo y la roca tenía problemas estructurales y con 2,5 MEUR invertidos lo consolidamos. Hemos hecho también tres sectores de la muralla -la última fue hace cuatro meses- y vamos invirtiendo permanentemente como se puede ver en las vueltas del Circo -las gradas, la calle embaldosada, la plaza de los Sedassos...-. También es destacable la gestión que se ha hecho con el anfiteatro y el parque del anfiteatro que se hizo nuevo para que este monumento luciera. Evidentemente quedan cosas por hacer, desde el punto de vista del patrimonio histórico. Se han hecho esfuerzos muy importantes, el último ha sido el Mercado, ya que forma parte del patrimonio modernista de la ciudad. En estos momentos, es uno de los edificios más visitados por los turistas. O también la apertura -este verano- de la única obra auténtica de Gaudí que hay en nuestra demarcación y que es la iglesia Jesús i Maria.
Hace pocos días, en las murallas y en el Museo Nacional Arqueológico se ha vuelto a ver el incivismo que sufre Tarragona. ¿Cómo se le puede hacer frente?Por un lado, concienciar y educar –aunque esto no tiene efectos inmediatos-, desde las escuelas, familias, entidades e instituciones públicas con medidas coercitivas. Hacer pintadas no está bien, pero encima, dañar monumentos que están catalogados como Patrimonio de la Humanidad, me parece una auténtica barbaridad. Ya no se trata de civismo, sino de delincuencia. Estamos valorando muy seriamente poner este tipo de vandalismo que daña el patrimonio histórico y cultural en manos de la Fiscalía porque es un delito contra el patrimonio cultural. Es un atentado contra el patrimonio, es pura anarquía.
¿El año 2018 es también el año decisivo para sacar adelante proyectos que aún están pendientes?
En el Banco de España hemos empezado con una pequeña intervención: poner el jardín a disposición de la ciudad. Es el compromiso que adoptamos a mediados del año pasado. Este año, tendrá proyecto, tiene partida presupuestaria y esperamos que tenga una aportación económica del Estado. Queremos que sea el lugar donde se explica la investigación de los centros de investigación de Tarragona –y que son muy importantes- como lo son el ICIQ, el IPHES y el ICAC. Debe ser el lugar donde se divulgue a la población qué es lo que se está haciendo, por qué se está invirtiendo tanto en conocimiento y por qué estos centros son tan importantes a nivel tarraconense, catalán y mundial. Este proyecto empezará a caminar de manera efectiva a lo largo de este año. Además, cuenta con el consenso de todos los grupos políticos. Las dos juntas de portavoces donde se trató este proyecto estuvieron de acuerdo con el enfoque que se le dará, después de la polémica de si debía ser el Museo de la Química o una biblioteca.
Con la plataforma del Miracle, debemos encontrar el dinero para poder hacer la intervención superficial. Estamos esperando una partida de costas porque es una instalación de costas del Estado. Además, dará continuidad al arreglo del paseo del Miracle que se está haciendo con la Autoridad Portuaria y se hará también a lo largo de este año 2018 coronando y culminando esta vocación y apuesta de que Tarragona gane esta mirada y acercamiento al mar.
¿Se está muriendo la cultura en Tarragona?
No. Son valoraciones respetables, son provocativas en el sentido positivo para que espabilemos un poco. Estoy absolutamente convencido de que no hemos bajado la guardia ni presupuestariamente ni técnicamente con las programaciones culturales. Es más, Tarragona –en este momento y por habitante- es la ciudad que tiene más sillas públicas de salas de espectáculos (Teatro Tarragona, Teatro Metropol, Camp de Mart) y con todas las que tenemos en la Antigua Audiencia, etcétera. Todas ellas forman una oferta de sillas y espacios muy importante para producir y ofrecer cultura. No todas las dinámicas culturales de la sociedad deben ser subvencionadas, sino que el dinamismo privado también es importante para esta oferta.
No hemos bajado la guardia ni en la oferta de espectáculos ni con colaboraciones con entidades que producen cultura ni con los principales hitos del año en materia cultural: el Festival de Dixieland, los castillos de fuegos, Tarraco Viva... Todo el calendario lo hemos reforzado a lo largo de todos estos años y la prueba es toda la participación que tienen estos eventos.
¿Y el comercio?
Tenemos una buena mezcla de comercio de proximidad y comercio de grandes superficies tanto en el núcleo urbano como fuera. Hemos hecho un esfuerzo muy importante con el Mercado Central para que actúe como locomotora del comercio; de hecho, la actividad comercial del entorno se está regenerando, lo que pasa es que es inevitable que el comercio cambie, tal y como pasa en otras ciudades.
¿Cómo se imagina la Tarragona post Juegos?
Con menos paro, que es lo que más me preocupa en estos momentos. Quiero que las familias estén bien atendidas y con esto no hemos bajado la guardia. También imagino una Tarragona con más proyección nacional e internacional porque será más reconocida después de un evento de este tipo y porque ha demostrado que es capaz de asumir grandes retos a pesar de las dificultades y que no tiene ninguna frontera para alcanzarlos. Pocas ciudades tienen un sector industrial tan importante y es el que genera más puestos de trabajo. Que siga siendo un espacio logístico importante –con el Puerto que está funcionando muy bien y con los ejes viarios y ferroviarios- y que siga siendo una ciudad que apuesta por el conocimiento, la universidad y la investigación. En turismo hemos dado un paso muy grande. Probablemente, Tarragona es la ciudad de este tamaño que en España ha dado un salto tan importante en tan pocos años. En 9 años hemos pasado de 900.000 visitantes al año a 2,7 millones. Ninguna otra ciudad ha dado este salto, ni Toledo.
¿Qué piensa de Tabarnia?
Es una reacción al independentismo -y a sus tópicos- y al principio acción-reacción. Probablemente represente la pugna entre una parte de Cataluña más urbana y costera con una parte más de interior y rural. Históricamente ya se había dado durante muchos años. Es una ocurrencia que tiene el recorrido que tiene, de provocación.
¿Se volverá a presentar como alcaldable del PSC en Tarragona?
Dije que la decisión la tomaría un año antes de la celebración de las elecciones. Ahora es momento de reflexión personal, con gente de mi partido y también con gente de la ciudad, ya que en un momento determinado me dijeron