Desde el gobierno interno de la Universidad, ¿cómo se valoran estos 25 años de progreso? Positivamente, aunque también con un poco de tristeza. Estos éxitos conseguidos valdrían la pena que se reconocieran también por parte de la administración.
Nunca nos hemos planteado llegar en un tiempo determinado a ningún certamen; simplemente hemos ido trabajando, y el balance de los 25 años ha resultado satisfactorio por lo que hemos hecho, y seguiremos haciendo.
Son 12 los centros de formación superior los que engloba la URV, situados en Tarragona, Reus, Tortosa el Vendrell y Vila-seca. ¿Cuáles son los más avanzados y cuáles son los que necesitan mejoras urgentes? Los más desarrollados son Campus Catalunya y Sescelades. El que sufre más con servicios es el de Bellissens (Reus). Tortosa goza de una situación plenamente consolidada con un edificio nuevo, y el Vendrell una situación confortable pero provisional. Para los próximos años nos tendremos que plantear qué mejoras proporcionamos al Vendrell.
¿Es necesario aumentar la diversidad de grados que ofrece la URV? Cuando miramos la selectividad en las comarcas de Tarragona vemos que hay una fracción de estudiantes que se marchan fuera de Tarragona a hacer estudios que nosotros aún no tenemos. En algunos casos se marchan un número tan pequeño que no tiene sentido plantearse esto, pero en algunos ámbitos sí que vemos la posibilidad de ampliar algún grado. En lo que sí estamos trabajando es en poder aumentar el número de estudiantes de máster, que es donde hay realmente la movilidad.
¿Qué opina sobre la autonomía de establecer los grados que el alumnado o la universidad desee? ¿Qué ventajas o desventajas pueden causar respecto a la competencia laboral? Siempre he defendido que las universidades deben tener libertad para poder planificar los títulos que quieran y así planificar títulos diferentes a los que hacen los demás. Es muy importante tener libertad para adecuarnos a nuestro entorno y a nuestra demanda.
Veo una ventaja el hecho de que no todos los perfiles sean iguales. Cada vez se buscan personas más mezcladas, juntan grupos mixtos, etcétera. Juntarse en un grupo un periodista, un abogado y un estudiante de ciencias es bueno para la diversificación.
El 42,8% del presupuesto de la URV se invierte en investigación -112.600.000 MEUR- y en docencia -57.600.000 MEUR-. ¿Se prevé aumentarlo durante 2017? La mitad del presupuesto de la URV está destinado a la investigación y a la docencia. Esto es porque los profesores son contratados para hacer ambas, y con la jornada de docencia no consumen su tiempo.
Aumentarlo sería perfecto si estuviera en nuestras manos. La cuestión es que nuestros ingresos dependen de la subvención de la Generalitat y del dinero que ingresamos por tasas que pagan los alumnos, y por lo que sabemos, este 2017 no hay ningún incremento fabuloso. Por lo tanto, el presupuesto es muy continuista respecto a 2016.
La URV es la universidad catalana que tiene más estudiantes becados por parte del Ministerio. ¿Cómo se regula este hecho respecto a la Universidad? ¿Cree que por parte del Ministerio se tiene en cuenta la diversidad de precio de cada universidad o es un barómetro general? Las becas del régimen general del Ministerio se tramitan a través del nivel académico y económico. Esto significa que nuestra demarcación tiene una comunidad de jóvenes que pertenecen a familias con un menor nivel de renta. Los estudiantes becados por el Ministerio tienen matrícula gratuita, y el Ministerio nos compensa a la Universidad por estas matrículas. La cuestión es que el Ministerio nos compensa con los precios de matrícula que tiene fijados desde el año 2011, y no con los precios actuales. No nos compensa por la parte equivalente, y esto son millones de euros que no ingresamos. Nosotros estamos muy contentos de becar a todos los estudiantes, porque el talento está en todas partes independientemente del nivel económico familiar, pero preferiríamos ingresar estas becas y darlas nosotros, porque al fin y al cabo es lo que hacemos pero sin obtener la equivalente proporción del dinero.
Después de acabar los estudios, ¿es complicado adentrarse en el mundo laboral? El mundo laboral español cada vez se va precarizando más para todo el mundo, y por supuesto, para los jóvenes estudiantes. Otros países más desarrollados no tienen menos universitarios que nosotros, pero tienen trabajos para ellos. Así que nos deberíamos preocupar seriamente; si no se necesita gente cualificada porque este país se puede permitir vivir sin cualificación, estamos muy mal.
¿Algunos universitarios prefieren otras universidades con un supuesto prestigio más elevado? ¿Cómo combate esto la URV? Puede ser que sea un tema de prestigio o bien de movilidad. Encuentro que nuestro entorno no tiene la percepción de tener un producto de gran calidad. Tengo la impresión de que las empresas, instituciones, ciudadanos, etc., no valoran suficientemente el trabajo que se gestiona aquí, y quizás por eso deciden llevar a los hijos a otro lugar. Puede ser como ciudad no se ha trabajado suficientemente el atractivo que tiene Tarragona, como lo ha hecho por ejemplo Barcelona. Deberíamos empezar a comportarnos como una metrópoli situada al sur de Cataluña.
Por otro lado, también hay casos de retorno. Es decir, estudiantes que no han hecho el grado con nosotros, pero sí que vienen a hacer el máster. Quizás también es por la inmediatez que obliga a decidir a los jóvenes qué quieren estudiar y dónde lo que hace tomar estas decisiones.
La URV cuenta con profesores asociados, profesionales de cada sector. ¿Buenos profesionales significa buenos docentes? Por la limitación que tenemos en contratación, es un recurso que hemos utilizado demasiado. Pero es bueno tenerlos para que los estudiantes tengan una relación directa con el mundo laboral. No obstante, ser un buen profesional no es sinónimo de ser un buen docente, pero estoy convencido de que es un factor muy enriquecedor si se utiliza en justa medida.
La movilidad entre estudiantes extranjeros que vienen a estudiar a la URV y alumnos de aquí hacia universidades extranjeras tiene una tendencia creciente. ¿Qué repercusión tiene esta movilidad? Cada vez nos estamos planteando más seriamente el hecho de poder ofrecer títulos en inglés. A la vez, atraemos gente talentosa y vienen con la intención de estudiar y al terminar, trabajar aquí. Los estudiantes de movilidad no son turistas. Por lo tanto, se debería aprovechar por parte de las empresas de alrededor este talento.
Por otro lado, encuentro que no se hace una revisión crítica del programa Erasmus. Veo alumnos que se lo toman como una excursión larga. No sé si haber estado fuera les anima a buscar trabajo en otro país, en caso de no encontrarlo aquí. Este tema me preocupa, pero no sé si depende sólo de nosotros, o bien es una cuestión de la cultura de movilidad del país.
MARINA VILLEGAS MILÀ