Jordi Ignasi Vidal: "El gran reto es retener el talento del territorio"

27 de julio de 2022 a las 14:19h

Balaguer encara un último año de mandato lleno de proyectos que culminarán tras un período marcado por la pandemia. Entre los retos de la Paeria, también destacan el de crear un municipio atractivo para vivir y con una actividad económica potente que irradie a toda la comarca. Su Paer en Cap, Jordi Ignasi Vidal, desgrana la situación de la capital de la Noguera en esta entrevista a La Ciutat.

Balaguer ha sido capital del baloncesto en 2020 y 2021, y este año es capital de la sardana. ¿Qué aportan estos eventos?

Las ciudades de interior, que no tienen muchos hoteles y cuesta, deben buscar su hueco de promoción y repercusión. Con estos espacios das a conocer la ciudad para que la gente vuelva y porque es más fácil que piensen en Balaguer si tienen que venir a vivir a Ponent. Con el baloncesto vino mucha gente y la Federación Catalana se metió mucho a tiro con el partido entre la selección catalana y la de Angola, que hizo un 'stage' aquí. En el ámbito del baloncesto nos metimos en el mapa. Por ejemplo, este mes pasado se hicieron los premios del baloncesto de Ponent en Balaguer o hemos mantenido el circuito de 3x3. Con la sardana nos pasa lo mismo.

Después de unos años complicados también se recuperó la Fiesta de la Harpia, pero en el mes de mayo. ¿Qué valoración hace?

Estuvo muy bien poder celebrarla porque un año la hicimos de mínimos, nos hizo muy mal tiempo y la tuvimos que anular. No había manera de hacer la décima edición. Una de las razones del cambio era que la anterior fecha coincidía con el primer fin de semana de curso y había muy poca implicación de los centros educativos. Ahora han cambiado el inicio escolar. Lo que hacemos son jornadas de divulgación porque, con el pasado que tenemos, debemos tener el orgullo de haber sido la capital del Conde de Urgell. Además, lo explican como si fuera una tertulia.

Utilizamos la parte histórica de Balaguer para hacer una fiesta medieval e intentamos meter la cucharada de explicar la historia del municipio. Por ejemplo, la Paeria era una concesión del conde y era gente de Balaguer que llevaba la administración. Esto duró hasta 1714, en que la figura de paer fue sustituida por un alcalde. Éste era uno de los de arriba para controlar a los de abajo, mientras que el paer era uno de los de abajo que temporalmente organizaba.

También se recuperó la Feria Q, donde se presentó el proyecto Energy-HubLab. ¿Qué implicación tendrá en el territorio?

Las administraciones podemos meter las herramientas para que las cosas pasen, pero no podemos hacer que pasen. Se trata de tener un punto de distribución de conocimiento y organizar jornadas para facilitar el cambio energético. Si la gente tiene dudas, que pueda preguntar y no se quede en manos de grandes comerciantes. Todas las eléctricas meten placas solares, pero no es sólo meter placas solares, sino también la visión de las comunidades energéticas y el cambio de paradigma. Por otra parte, si se deben meter todas estas placas en zonas menos pobladas como la nuestra, nos faltarían técnicos e ingenieros. Dentro de los grupos impulsores debes tener las universidades y la FP. Necesitamos esta visión global para que el territorio salga adelante con sus potencialidades. También colaboramos con empresas para hacer energía a través de residuos.

Todos estos proyectos son oportunidades para paliar la despoblación.

También es importante el tema el de las comunicaciones, con la llegada de internet a muchos pueblos. Lo habitual es que, cuando alguien estudia una carrera, vaya a Barcelona y no vuelva. Ahora nos encontramos con que hay gente que, con las salas que tenemos de 'coworking', decide que la calidad de vida que tiene aquí no la tiene allí. Hay un cierto retorno de esta gente. Antes era impensable, había ciertas titulaciones que obligaban a la gente a marcharse. El problema es el tipo de población que perdemos: la más talentosa. Asimismo, todas las actividades que hemos comentado ayudan a arraigar a esta gente para que quieran vivir aquí. Si alguien quiere marcharse que lo haga, pero que no se vea obligado.

La ampliación del colegio Mont-roig es uno de los grandes proyectos del mandato. ¿Qué tempos gestiona con los retrasos que comentaba el consejero Cambray?

Próximamente saldrán los pliegos. No hablaría de ningún retraso. La gente que conoce poco la administración puede tener la sensación de que tardas. Tenemos una administración muy garantista  donde necesitas varios certificados y dedicas entre tres y cinco meses a estas tramitaciones. Cuando se anunció, también se necesitaba hacer el presupuesto, el préstamo a través de un concurso y finalmente toda la tramitación. Ahora estamos en la recta final, no me preocupa. La administración tiene defectos, pero también tiene virtudes: una vez ha empezado, sabes que se acabará.

¿El encarecimiento de materiales puede afectar al proyecto?

Creo que no afectará porque hemos hecho todos los pliegos y ahora sale el proyecto. Por lo tanto, deberán hacerlo con la cantidad que hemos dicho. En todo caso, deberán ahorrar en algún lugar. Es diferente de los proyectos que ya tienes hechos, una situación en la que no nos hemos encontrado. Sólo nos pasó con uno indirecto: en la universidad metemos un plan piloto de refinería de madera y nos encontramos dos o tres veces con la obra desierta. Con los proyectos que haces ahora debes añadir un porcentaje en función de los materiales, pero la mayoría que teníamos ya estaban adjudicados.

El otro drama es quién construye. Faltan profesionales porque se jubilan y por la pandemia no se han formado más. En cierto modo, mentalmente parece que la universidad deba resolverlo todo, pero también está la FP. Pierdes FPs por falta de interés, a pesar de que el trabajo estaría asegurado y el sueldo sería bueno.

En las obras de la calle Barcelona se han emitido quejas por la falta de información, aunque reitera que se ha informado más que nunca. ¿Qué ha fallado para tener visiones tan opuestas? 

No lo sé. Hicimos un calendario y fuimos puerta a puerta para explicarlo. Nos preguntan: '¿por qué no lo hicisteis en invierno?'. Una obra que dura 7-8 meses o te engancha un verano o el siguiente. Otro te puede decir que pierde la campaña de Navidad en diciembre. No puedes tener a todo el mundo satisfecho. El tiempo que duran las obras hay un perjuicio para la gente que vive y para los comerciantes, pero después lo notarán con las calles arregladas y aceras más grandes. Hemos decidido hacer una nueva jornada informativa para explicarlo, aunque esto no es una crítica por no haber informado, ya que sí que lo hemos hecho. Incluso las obras están yendo más deprisa que el calendario marcado.

¿Qué objetivos tiene la Paeria para el último año de mandato?

Este año se tendrá la sensación de que hacemos las cosas ahora. La parada pandémica hizo que muchas de las cosas se fueran acumulando. A mediados del año pasado fructificó todo y está terminando ahora. Parecerá que lo hacemos por la reelección, pero no ha sido así. Con proyectos más grandes como el del colegio se te hace corto el mandato, más aún si hay una pandemia.

Nos preocupan principalmente dos cosas. La primera es la visión de ciudad y hacerla más humana. Aquí entra el estudio que hacemos sobre el tráfico. Debemos perder esta dictadura vehículo. Esto no pasa sólo por hacer las grandes obras, sino también por arreglar parques infantiles o espacios más agradables. El urbanismo nuevo que se hizo en Balaguer es muy denso y sin espacios verdes. Veremos si se puede cerrar el tema de la peatonalización y crear zonas de recreo más allá del río. 

¿Y la segunda preocupación?

El otro tema es la reactivación económica, que lo trabajamos con la Generalitat. A los que no estamos en la primera línea de los polígonos de la A-2 nos está costando mucho que vengan nuevas empresas. Puedes vivir en Balaguer y tener trabajo en un radio razonable, pero debes tener las actividades suficientes. Es un tema que cuesta históricamente. Debemos trabajar por núcleos de desarrollo: si tienes actividad en Balaguer, los pueblos de alrededor mantendrán población porque la gente se quedará a vivir. Es más sensato que intentar hacer una actividad en un pueblecito de 140 habitantes, como plantea Reto Demográfico. Ahora mismo Balaguer no pierde población, pero la comarca sí.

También harían falta series donde la gente viva tranquilamente en un ambiente no metropolitano. En Merlí pintan al del pueblo como una persona que se ha perdido muchas cosas en la vida y consigue su objetivo vital al vivir en la capital. Además, no somos una zona aislada porque tenemos la playa a una hora, la nieve a 100 km y Barcelona a hora y media. Puedes hacer una vida homologable en el siglo XXI en Valls, Amposta o Balaguer. Cada uno puede vivir donde quiera, pero deben tener la posibilidad de desarrollar el territorio. Uno de los grandes retos es retener el talento, que crean riqueza en Barcelona y no aquí. Como mínimo deberíamos retenerlo y luego ver si se puede captar.

Sobre el autor
Disseny sense títol (5)
Adrià Miró
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