Las conclusiones del estudio del RACC en referencia a las Zonas de Bajas Emisiones son demoledoras; el modelo Barcelona colapsa, y colapsa también la zona más poblada del país.
Un estudio muy interesante que alerta, por un lado, de los límites del sistema territorial catalán y por otro, de la falta de planificación por parte del Ayuntamiento de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona y la Generalitat de Catalunya a la hora de planificar las políticas de movilidad y transporte que se derivan de la aplicación de la ZBE.
En referencia a los territorios que sufrirán las mayores consecuencias, curiosamente los más alejados del centro, las típicas y tópicas periferias más alejadas de Barcelona, El Penedès, y el Maresme, siempre pagamos las consecuencias los mismos.
Volvemos a repetir que las conclusiones son alarmantes, no por el titular sino por los datos que han tratado. Prohibir la entrada a Barcelona sin haber planificado una mejora de los servicios de transporte público de Rodalies y de Bus Express, es toda una temeridad.
En el caso del Penedès, son las líneas de Rodalies y de Bus Express del Penedès Marítimo, la R2Sud y las líneas E14-E15-E16, respectivamente, las que presentan las mayores dificultades para absorber la demanda que habrá con las limitaciones de los accesos.
Desde el territorio hace años que hemos avisado de la dificultad de sacar adelante un proyecto como la ZBE sin mejorar la oferta del transporte público, sobre todo, viendo la demanda de movilidad laboral y estudiantil que hay en nuestra zona hacia Barcelona y su Área Metropolitana más cercana.
La alternativa al transporte público para quien pueda entrar en la ZBE tampoco es que sea muy competitiva, desde el punto de vista cualitativo, la C32 la autopista más cara, y la C31, una de las carreteras más peligrosas con el tramo de las Costas del Garraf.
Aparte de todas las conclusiones en términos de movilidad y transporte, el estudio del RACC señala cómo la descentralización de Barcelona y el Área Metropolitana a todos los niveles, pero sobre todo en términos de dependencia laboral y de polo de conocimiento, se vuelve igualmente necesaria para no colapsar todo el sistema urbano en su conjunto.
Desde el Penedès reclamamos que las instituciones responsables de la puesta en marcha de la ZBE repiensen la puesta en marcha hasta que no haya una propuesta de mejora del transporte público en nuestro territorio, para evitar una vez más que no paguemos las consecuencias de un modelo urbano que penaliza gravemente las periferias.
@jaumecasanas