Cada vez empieza la vendimia más pronto en el calendario, pero esta que podría ser la noticia no lo es.
Este año empezamos con una polémica y mala noticia para el conjunto del territorio, el precio de la uva. Más concretamente el precio que han acordado las mayoristas de la industria vitivinícola en el Penedès.
El precio de la uva, que puede parecer una simple decisión económica de aquello que llamamos "mercado", tiene unas implicaciones estructurales en nuestro territorio. El precio de la uva dignifica el trabajo de los agricultores, de las pequeñas bodegas, de la pequeña industria vitivinícola. ¿Pero quiénes son los agricultores?
En Francia, los agricultores tienen un sobrenombre, los jardineros del paisaje. ¿Por qué les dicen así? Pues porque gracias a su trabajo mantienen el paisaje, un paisaje, un entorno que determina muchas otras cosas, y que hace que un territorio sea de una manera y no de otra.
En el Penedès, recientemente gracias al trabajo de gente como la de Arqueovitis, estamos descubriendo que nuestra cultura vitivinícola, nuestro paisaje, tiene más de dos mil años (se dice muy rápido). Un paisaje que nos conecta geográficamente con nuestra historia y nuestra identidad. ¿Y qué tiene que ver esto con el precio de la uva?
Pues muy sencillo, si el agricultor, que es quien mantiene nuestro territorio, el jardinero del Penedès, no ve dignificado su trabajo, no ve que le sea productivo trabajar 12 meses unas tierras, dejará el trabajo, y si un agricultor deja el trabajo, deja la tierra, y deja el paisaje.
El descuido del paisaje no solo provoca incendios como hemos visto recientemente en otras partes del territorio, sino que el descuido del paisaje transforma nuestro espacio cotidiano, nuestro espacio cultural.
Después nos lamentaremos de que si el Penedès acabará siendo como el Vallès, que si los viñedos se van abandonando, que en lugar de viñedos solo tenemos polígonos, que nos vamos metropolitizando, que el Penedès ha cambiado, que el Penedès ya no es Penedès... y después llegará el simulacro, la cultura del simulacro.
La uva les saldrá económica, pero nosotros lo pagaremos caro.
Todo el apoyo al clamor para dignificar el precio de la uva, y el trabajo del agricultor catalán, pero sobre todo, penedesenco.
@jaumecasanas