Internan a un menor por ayudar a un niño de 11 años a violar a una niña de 13 en Cataluña

14 de abril de 2023 a las 12:46h

Un juzgado de menores de Barcelona ha condenado a un menor de edad a un año y medio de internamiento como cooperador necesario de una agresión sexual a una chica menor de edad cometida por otro menor, en este caso inimputable, en 2020 en la capital catalana. El condenado tenía 14 años en el momento de los hechos, mientras que el autor material tenía menos de 12 y, por tanto, es inimputable judicialmente. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso la ACN, la niña, de 13 años, fue obligada a hacerle una felación y fue penetrada analmente en el barrio del Besòs de Barcelona una noche de septiembre, mientras el condenado lo contemplaba y vigilaba que nadie interrumpiera la agresión.

Según considera probado la magistrada, poco antes de las 20.45 horas del 25 de septiembre de 2020, el condenado, de 14 años, estaba en la Rambla Prim de Barcelona, en el barrio del Besòs, con el otro menor, de 11 años y medio. Los dos vieron que por allí pasaba la menor, de 13 años, que iba sola hacia su casa. Se pusieron a caminar a su lado siguiendo su trayectoria. El niño de once años le dijo a la chica que la acompañaría. La chica, extrañada, le dijo que no hacía falta, pero los dos menores la siguieron acompañando. El niño de once años simulaba estar escondiendo en una riñonera algún objeto peligroso, lo que hizo temer a la niña por su seguridad.

Acto seguido, el niño de once años hizo desviar a la chica de su camino, exigiéndole que bajara por un lugar diferente al que la conducía a su casa. La niña le dijo que no quería ir por allí, pero el niño de once años le preguntó: "¿Quieres vivir o morir?". Mientras tanto, el chico de 14 años contemplaba la situación, no hacía nada por evitarla y "estaba dispuesto a propiciar el plan de su amigo". La chica, aún más atemorizada por la frase del niño y por la presencia del otro chico, le respondió que quería vivir. Entonces el niño le exigió a la chica que le hiciera una felación e indicó al condenado que se situara en un lugar determinado para vigilar el entorno. La chica se negó inicialmente, y el niño la volvió a amenazar de muerte, venciendo así su resistencia. El condenado contempló la agresión.

A continuación, el niño gritó a la chica que se bajara los pantalones, y la chica acabó obedeciendo. El niño la penetró analmente y eyaculó. Inmediatamente el niño le dijo a la chica que podía marcharse y él y su amigo fueron en otra dirección.

Por todo ello, en una sentencia de finales de marzo, el juzgado de menores número 6 ha condenado al menor a 18 meses de internamiento seguidos de dos años de libertad vigilada por un delito de agresión sexual con acceso carnal por vía bucal y anal a menor de 16 años. Además, le condena a pagar 5.000 euros a la víctima por los daños morales, dinero que deberán pagar los padres del condenado.

El 23 de febrero pasado se celebró el juicio, en el que el ministerio fiscal calificó los hechos como constitutivos de un delito grave de agresión sexual con acceso carnal por vía bucal y anal, culpó al acusado como cooperador necesario y propuso una medida de internamiento en régimen cerrado durante tres años y libertad vigilada durante los tres posteriores. Daniel Salvador, de Vosseler Advocats y defensor de la menor, se adhirió a la calificación jurídica y las medidas solicitadas por el ministerio fiscal, así como a una indemnización del menor y sus progenitores por daños morales.

En la vista, el menor explicó que estaba con su amigo en el parque de las Palmeras y vieron a la chica, a quien conocían del barrio. Según su versión, el niño y la chica hablaban, pero él no les entendía porque iba un poco atrás, tampoco escuchó ninguna amenaza del niño a la chica y ella tampoco le pidió ayuda. En un momento determinado el niño de once años le dio su mochila y le dijo que se esperara arriba de unas escaleras. Se marcharon y él se quedó sentado en un banco unos cinco minutos. Después el niño volvió y la chica se marchó. El niño le habría dicho a su amigo que la chica le había hecho una felación de forma consentida. También aseguró que a la chica la había visto "normal" y en ningún momento asustada. Al día siguiente, en el parque, unas amigas de la chica le dijeron que su amigo había penetrado analmente a la joven.

La magistrada se cree la versión de la víctima, al considerar que ha mantenido el relato de hechos en todo momento, desde la declaración a los Mossos, a la fiscalía y en el juicio, y que no tenía ninguna animadversión hacia el acusado ni su amigo inimputable. La chica explicó que conocía a los dos menores del barrio y sabía que habían tenido una pelea con armas días antes. En el juicio la chica dijo que el acusado había visto la agresión en todo momento.

Además, unos mossos d'esquadra declararon que dos días después de los hechos, el 27 de septiembre, estaban deteniendo a los mismos menores en aquella zona por un robo con violencia. Fue entonces cuando una amiga de la víctima les relató lo que le había explicado la menor y los agentes fueron al domicilio de la chica para tomarle declaración. La chica fue al hospital ese mismo día.

Según la magistrada, la conducta del condenado contribuyó a la violación y por tanto lo considera cooperador necesario.

Respecto a la pena, los informes sociales determinan que el acusado forma parte de una familia con lazos afectivos muy fuertes pero un estilo educativo "laxo e inconsistente, con una capacidad normativa muy escasa". Es el primer juicio que tiene, pero ya antes de los 14 años, cuando era inimputable, la DGAIA le había abierto un expediente de riesgo por su comportamiento "transgresor", con un seguimiento por parte del servicio de la Generalitat sobre inimputables, con asistencia voluntaria y adhesión a las indicaciones del técnico. Los informes determinan que es un joven "nervioso, poco maduro e influenciable por el grupo de iguales características disociales, circunstancia que constituye un factor de riesgo muy significativo".

El chico ha mejorado su rendimiento después de ser derivado a una unidad de escolarización compartida y parece que se ha distanciado del grupo de relaciones anterior, gracias a la intervención educativa, y es más consciente del riesgo.

Por ello, la magistrada ve buen pronóstico en el joven, y reduce la petición de la fiscalía de tres años de internamiento a la mitad.