La Guardia Civil ha interceptado en el Baix Ebre una furgoneta que transportaba 827 kilos de caracoles silvestres sin las más mínimas condiciones sanitarias para el consumo humano, según una nota de prensa del cuerpo de seguridad. Los hechos tuvieron lugar el 9 de marzo por la tarde. Una patrulla de la Guardia Civil realizaba tareas de control rutinarias en la autopista AP-7 para detectar fraudes de contrabando e impuestos especiales cuando, en el área de servicio Baix Ebre, en término municipal de l'Aldea (Baix Ebre), detectó un vehículo que circulaba con exceso de peso "evidente". Ante este hecho, los agentes interceptaron la furgoneta para identificar vehículo y conductor. Fue entonces cuando comprobaron que en el espacio de carga había numerosos sacos cargados de caracoles.
Desde el cuerpo de seguridad se indica que el vehículo no estaba adaptado para el transporte de alimentos. Es por ello que se iniciaron gestiones para determinar la procedencia de los caracoles, dado que no llevaban ninguna etiqueta, ni guía sanitaria, ni albarán de compra.
Según el cuerpo policial, los caracoles se habían recolectado en la Comunidad Valenciana y el objetivo era distribuirlos en diferentes comercios de la demarcación de Lleida sin ningún tipo de control.
Por todo ello, se denunció administrativamente al responsable del transporte y los caracoles fueron requisados para ser destruidos en una planta autorizada de Camarles (Baix Ebre).
