El hombre acusado de abusar sexualmente de manera reiterada de su hija, desde que la niña tenía diez años, ha ingresado este martes en prisión. La Audiencia de Lleida lo ha acordado en una vista que se ha hecho hoy mismo a petición de la fiscalía, que pedía esta medida preventiva alegando riesgo de fuga, ya que el hombre es originario de Bolivia. La Sala lo condenó el lunes a doce años de prisión por un delito continuado de abuso sexual, pero la sentencia se puede recurrir hasta el martes. La abogada de la defensa, Montse Torres, ha asegurado a la ACN que no presentará recurso y ha explicado que no se ha opuesto a la prisión preventiva de su cliente. Torres, sin embargo, ha pedido que se considere ya al acusado preso ordinario y no provisional. La Audiencia de Lleida consideró probado que la menor sufrió violaciones casi diarias por parte de su padre adoptivo, durante seis años y que éstas comenzaron cuando hacía pocos días que ella había llegado a Lleida procedente de Bolivia, con 10 años. Así lo explicó la menor, aunque el hombre negó los hechos.
La fiscalía solicitó en su informe final que se le condenara a doce años de prisión que es el máximo al que podía ser condenado por un abuso sexual continuado. Rebajó así la petición inicial de quince años de prisión por agresión sexual continuada al entender que no había quedado suficientemente acreditado el uso de la violencia. La defensa mostró su conformidad con los doce años de prisión y la Audiencia finalmente los confirmó en sentencia.
La Sala también ha condenado al hombre a diez años de libertad vigilada cuando salga de la prisión y le ha retirado al acusado la patria potestad de sus otras dos hijas, menores, durante seis años. También le prohíbe comunicarse o acercarse a la hija denunciante, que ahora ya tiene 18 años, durante trece años y a indemnizarla con 20.000 euros por los daños sufridos.
Durante el juicio en la Audiencia de Lleida, la víctima declaró, protegida por una mampara, que se "crió" con estos abusos, que no supo cómo reaccionar porque hacía pocos días que había llegado, que se quedaba bloqueada y que tenía miedo de explicar nada. Concretó que su padrastro la obligaba a hacerle felaciones y la violaba hasta el punto de que cuando tenía 13 años la dejó embarazada.
El acusado declaró que no tocó ni violó nunca a la menor, aunque sí reconoció que la llevó a Tarragona a abortar cuando se quedó embarazada.
La Audiencia de Lleida se ha basado en el informe de los psicólogos que dan credibilidad al testimonio de la chica y ha considerado probados los hechos.
