Pocas personas se imaginan, en el momento de degustar los platos de este restaurante de cocina mexicana, la historia que hay detrás. Situado en la calle Asalto, a la fonda "Adelita" le precede una historia de exilio de una niña que, con sólo seis años, tuvo que abandonar Chile como consecuencia del golpe de estado de Augusto Pinochet. Paula Varas, en brazos de Salvador Allende en una de las fotografías más emblemáticas del presidente, además de ser antropóloga y cursar un Doctorado en Comunicación y Ciencias Políticas, ahora regenta un restaurante de cocina mexicana, país que la acogió a ella y a miles de exiliados. Pocos días después del asesinato de Salvador Allende el once de septiembre de 1973, aquella niña tuvo que marchar al exilio.
"Descubrí la existencia de esta fotografía estando en México, cuando me vi en la portada de un periódico que hablaba del golpe de estado en Chile" afirmó Paula Varas, que ha visto reproducida esta famosa fotografía en muchas otras ocasiones en medios escritos. "Recuerdo el día que me hicieron aquella foto, el presidente Allende cogió a mi hermano, entonces yo me acerqué a él porque yo también quería que me levantara", explica.
Con sólo seis años de edad, Paula Varas y sus hermanos tuvieron que esconderse solos durante los primeros días del golpe en la embajada de México, una casa con más de 200 personas viviendo y durmiendo en el suelo; "era muy impactante, siendo una niña ver a los adultos llorando cuando sentían que estaban matando gente". Aquella niña de 6 años tuvo que abandonar su país en menos de una semana desde que se inició el golpe de estado de Augusto Pinochet. "Fuimos de los primeros grupos que salimos de Chile, fuimos al aeropuerto escondidos en un autobús rodeados de militares para no ser identificados" explicó Paula, destacando que, a pesar de ser una niña, se imaginaba de que algo muy malo estaba pasando. Durante su huida, voló en el mismo avión que algunos familiares de Allende y permaneció en México hasta los 18 años, donde aprendió las habilidades culinarias mexicanas que ahora ofrece desde su restaurante de Tarragona.
Solidaridad de los exiliados republicanos
Paula admite que fueron recibidos y acogidos con los brazos abiertos no sólo por el pueblo mexicano, sino por gran parte de los exiliados republicanos españoles residentes allí: "estudiábamos en la escuela de los exiliados republicanos, fue el pueblo mexicano quien nos abrió las puertas y el exilio republicano quien nos acogió" afirmó Varas.
Alexandre Nadal Ferret