Héctor García Borràs (1998, Premià de Mar) es jugador del CV Sant Pere i Sant Pau. Se inició en este deporte a los trece años en un equipo Marató y a los 15 entró en el Programa de Tecnificación de la Residencia Joaquim Blume, en Barcelona. Ahora estudia en la Universitat Rovira i Virgili, y desde 2016 compite por el club de voleibol tarraconense.
¿Estudias Publicidad en la URV y lo compaginas con el deporte de élite. ¿Cómo lo llevas? ¿Recibes apoyo de la universidad? Ahora lo llevo mejor, pero al principio me costó bastante. La época más complicada fue cuando subimos a Superliga 1, que equivale a una Primera División, porque la carga de entrenamientos era mayor, los desplazamientos más largos y me costaba estar motivado y entrenado porque los resultados no acababan de ser positivos. Entonces, que cursaba 2º de publicidad, tuve que replantearme los estudios y dividir el curso para llegar a todo.
Por parte de la universidad podemos decir que no he recibido una ayuda completa, pero alguna vez me han cambiado convocatorias, me han alargado plazos, etc. Pero en general no he recibido el apoyo que creo que nos deberían dar.
¿Cómo es tu día a día? En mi grado las clases son por la mañana, así que voy por la mañana voy a la universidad y por la tarde a los entrenamientos, y puedo seguir la planificación del club con normalidad.
¿Cómo es competir representando a la uni? Lo lleva la sección de Deportes URV, que forma selecciones de diferentes deportes, y tres veces por curso se reúnen los grupos y se hacen encuentros. He participado en algunas ocasiones, aunque es complicado porque no siempre se consigue formar equipo. Se hace un campeonato universitario a nivel autonómico, y quien gana va después al Estatal. El campeón de Cataluña va al de España. Quedé subcampeón de pista en 2018 y en playa campeón en 2018 y 2019.
Aunque priorizo el club, competir por la universidad es una experiencia bonita, para sumar, para pasármelo bien con los compañeros, conocer gente nueva y salir de la rutina.
Durante el paso universitario, muchos deportistas se marchan a EEUU a estudiar y entrenar. ¿Qué piensas de esta opción?
Si quieres migrar allí durante la carrera lo tienes que tener muy claro desde el bachillerato, porque el camino es diferente y tienes que preparar pruebas diferentes, como el nivel de inglés, por ejemplo. Es una buena opción pero hay que tenerlo muy claro, no es nada fácil. Lo más complicado es conseguir una beca, ya que allí las universidades son mucho más caras, y aunque te cubran parte del coste puede que tengas que pagar una cantidad mucho más alta que aquí. Un compañero del equipo, que además compite con la selección española, está jugando allí desde hace tres años y está muy contento, puede compaginar muy bien el deporte y el grado. Es otro mundo.
¿Crees que las instituciones cuidan lo suficiente a los deportistas de élite?
A nivel general no nos podemos quejar, pero creo que nos podrían ayudar un poco más, no se ponen en nuestra piel. Al final, excepto el fútbol masculino y alguno más, los que nos dedicamos a los deportes minoritarios lo tenemos más complicado para vivir sólo del deporte, y necesitamos un grado universitario u otros estudios para cuando dejamos la élite y tenemos que entrar en el mundo laboral.
¿Cómo ves tu futuro laboral?
Cuando acabe la universidad no sé qué haré, porque quiero seguir dedicándome al voleibol al máximo nivel posible, pero es complicado sobrevivir con el sueldo del deporte, así que seguramente lo tendré que compaginar con la publicidad o acabar dejando el voleibol.
¿Cuál es la situación actual del CV Sant Pere i Sant Pau?
Recientemente hemos tenido algún problema, como unos robos en los vestuarios mientras los equipos entrenaban. Esto no puede pasar en un club, ni en un pabellón municipal accesible para todo el mundo.En cuanto al futuro del club, nuestra Junta hace poco se reunió con el Ayuntamiento de Tarragona, y la intención es hacer una reforma de las partes más dañadas de las instalaciones.Siendo del barrio, nos gustaría seguir entrenando y compitiendo allí, aunque tiene carencias evidentes y no se ha cuidado lo suficiente para el nivel que está el voleibol en Tarragona.
¿Cuál es tu objetivo para esta temporada? ¿Y a nivel de club?
A principio de temporada hacemos una valoración y una lista de propósitos y objetivos. Somos un equipo muy joven, y nos proponemos competir mucho, ir partido a partido.
El calendario está yendo bastante bien, creemos que estamos muy bien encaminados para ir a la fase de ascenso e intentar subir a la Superliga 1. Es un objetivo factible y probable, y estaría bien para culminar dos ascensos en 4 años. No queremos luchar sólo por el ascenso, sino por mantenernos estables una vez hayamos subido.
¿Qué papel juega el club dentro del barrio y el deporte tarraconense?
El club lleva muchos años luchando y creándose un nombre. En el barrio ya hay mucho apoyo hacia el voleibol, y tanto los negocios como el vecindario nos dan mucho apoyo, pero hace falta que lo que hacemos se reconozca en el resto de Tarragona. A pesar de ello, con los años cada vez más familias de fuera del barrio han ido llevando a sus hijos e hijas para jugar aquí. Esto nos ayuda a desestigmatizar el barrio, la gente que vive y a hacer que la gente de fuera tenga otro punto de vista sobre Sant Pere i Sant Pau.
¿Qué opinas sobre la polémica de los presupuestos del club?
Al final se trata de crecer y evolucionar. Durante muchos años el club ha tenido que afrontar una deuda importante y renunciar a otros proyectos. Ahora que por fin se ha solventado, nos han rebajado la subvención, por lo que volveremos a la rueda de siempre. Volveremos a ir con el cuello al agua, pagaremos los gastos como podamos y no tendremos tanto margen para hacer inversiones o mejoras.
Después de tantos años sufriendo, que una vez hayamos conseguido superar la deuda nos reduzcan los presupuestos es como un castigo, porque desde el club lo hemos hecho bien y hemos trabajado muy duro.
Con una subvención un poco más amplia podríamos tener un sueldo los jugadores y daríamos más prioridad al voleibol, no lo tendríamos que dejar por incompatibilidad con los estudios o el trabajo, por ejemplo.
Durante el verano haces voleibol playa, ¿qué te aporta?
Empecé en este deporte con voleibol pista, es a lo que dedico más tiempo y me gusta más, aunque la modalidad de playa también es interesante. Jugar en verano es una buena herramienta para mantenerme en forma todo el año, sobre todo porque el voleibol playa requiere más exigencia física y mental. Además, el número de jugadores cambia de seis a dos, así que el peso del equipo es diferente. Intento competir al nivel más alto posible en voleibol playa, pero priorizo y me quedo con la pista.
A nivel profesional es mucho más fácil dedicarse al de pista, pero es cierto que en los últimos años la promoción del voleibol playa ha aumentado y se han ido creando clubes o centros de alto rendimiento especializados en esta modalidad. Además, la mayoría de los que durante el invierno hacemos voleibol pista, en verano lo hacemos en playa.
En el voleibol playa hay alguna competición mixta. ¿Qué opinas? ¿Crees que el deporte tiene que avanzar hacia aquí?
Oficialmente no hay campeonatos mixtos, pero a nivel amateur muchos torneos incluyen esta prueba. Es una competición muy divertida y entretenida; normalmente en verano hago un circuito en esta categoría y es una manera de cambiar de aires, ver estilos de juego diferente. Desde pequeños siempre jugamos con gente del mismo género, y es una buena oportunidad para cambiar y aprender. A nivel profesional no creo que se aplique, como mínimo a corto plazo, pero es una buena idea, entretenida y diferente.