El Ayuntamiento de Girona ha creado un equipo de atención psiquiátrica para intentar ayudar a las personas sin hogar que duermen en la calle, en cajeros o bien en otros lugares como casas y naves abandonadas. Formado por un psiquiatra, un enfermero y una trabajadora social, el equipo evalúa el estado en el que se encuentran los indigentes e intenta reconducirlos para que acepten comer y dormir en el centro de acogida La Sopa o bien seguir tratamiento. El vicealcalde Eduard Berloso admite, sin embargo, que "es difícil" conseguirlo, porque muchos se encuentran en una situación "cronificada" (a menudo, aparejada con adicciones y problemas de salud mental). En paralelo, y coincidiendo con la ola de frío, la Cruz Roja, el Ayuntamiento y la Policía Municipal intensifican la ayuda a los indigentes. Entre otros, ofreciéndoles mantas y caldo caliente. En la ciudad, la policía tiene contabilizadas 24 personas que duermen a la intemperie, además de unas 170 más que lo hacen en viviendas o naves abandonadas.
El equipo de calle de salud mental, que está coordinado desde La Sopa, se ha creado este mes de noviembre. Lo integran un psiquiatra, un enfermero y una trabajadora social, que de noche recorren aquellos lugares donde duermen indigentes. "Los visitan de manera insistente, evalúan tanto el estado de salud físico como mental de las personas sin hogar y los invitan a utilizar los recursos municipales para atenderlos", precisa el vicealcalde. De entrada, el equipo hace un diagnóstico caso por caso e intenta establecer vínculos con las personas sin hogar. El objetivo, precisa Berloso, es conseguir que acepten ir al centro de acogida La Sopa o bien recibir tratamiento (en los casos de enfermedades mentales o adicciones). Durante este primer mes, algún sin techo ha aceptado hacer comidas en La Sopa y ha habido dos que han accedido a dormir allí. Eduard Berloso admite, sin embargo, que es "difícil" poder reconducir al colectivo, sobre todo teniendo en cuenta que muchos indigentes viven una situación "cronificada", que se arrastra desde hace años. El vicealcalde, sin embargo, también explica que haber creado este equipo permite saber el estado de salud en el que se encuentran los indigentes. "Sobre todo, por si hay algún caso en el que nos viéramos obligados a forzar su internamiento porque la situación lo haga necesario", precisa Eduard Berloso. Actualmente, en la ciudad de Girona hay unas 200 personas que duermen en la calle. De estas, la mayoría lo hacen en cajeros automáticos, viviendas o naves abandonadas. Pero hay 24 que, directamente, pasan la noche a la intemperie en diferentes puntos de la ciudad. Entre otros, en la plaza Constitución, en la de los Apóstoles, en la Federico Fellini, en el paseo de Olot o en la calle Bisbe Lorenzana. Mantas y caldo ante la ola de frío Coincidiendo con la ola de frío, el Ayuntamiento de Girona, la Policía Municipal y la Cruz Roja han intensificado la ayuda a los indigentes. Durante estas noches en las que los termómetros se desploman, voluntarios de la entidad y agentes del cuerpo recorren las calles y hablan con aquellas personas sin hogar que duermen allí. Desde la Cruz Roja les ofrecen mantas y caldo caliente y tanto los voluntarios como la policía les recuerdan que pueden ir a pasar la noche en La Sopa. El equipo de voluntarios de la Cruz Roja empieza a rondar por las calles hacia las nueve de la noche. En la furgoneta llevan mantas, ropa, café y caldo caliente, pan, zumos y conservas. Van haciendo ruta por toda la ciudad, conversan con las personas sin hogar que encuentran y les dan comida, abrigo y conversación. De media, atienden a una veintena cada noche. La Cruz Roja lleva a cabo este dispositivo a lo largo del año, pero con la llegada de las olas de frío lo intensifica. "Llevamos a cabo un preventivo especial, porque la temperatura por las noches baja bajo cero, y hay que llevar más bebidas calientes, mantas y ropa de abrigo; para ellos es necesario", explica uno de los voluntades de la entidad, Antonio Prados. Sobre todo, sin embargo, aparte de la ayuda, Prados destaca que "el calor" que más agradecen las personas sin hogar es la conversación. "De esta manera, también les llevas calor; es muy importante conocerlos y mirarlos a los ojos", explica el voluntario de la Cruz Roja. Y precisa: "La calle es muy fría, aunque estemos en pleno verano". En paralelo a los dispositivos que se hacen en la calle, ante las olas de frío, el Ayuntamiento de Girona amplía con diez camas más las plazas disponibles en el centro de acogida, ya que actualmente las 66 plazas que ofrece La Sopa están cubiertas. Eduard Berloso recuerda que, aparte de poder dormir allí, desde La Sopa también se ofrecen comidas para las personas sin recursos. El vicealcalde, además, precisa que, si es necesario, de manera excepcional, también se reservarán más plazas en el albergue Cerverí para atender a aquellos que duermen a la intemperie.