Este mes de noviembre ha finalizado la restauración de un bou de foc, localizado en los talleres de la Pirotecnia Espinós hace unos años. Esta restauración se ha realizado desde un criterio museístico, es decir, priorizando la estabilización-conservación de la pieza para asegurar una lectura fácil y correcta al visitante. Desde el Museo no se planteó una reconstrucción para devolverle la funcionalidad para la cual había sido creado, sino para poder mostrarlo al público.
De hecho, esta figura ya sirvió de modelo para la construcción de los tres bous de foc con los que cuenta ahora la ciudad. Una de estas figuras –la Vedella, llevada por la colla del Bou de Reus– es una reproducción fiel, en medidas y estructura, de la pieza antigua y ha sido expuesta en varios momentos en el Museo, en sustitución de la pieza original. Esta actuación ejemplifica, por tanto, el papel del Museo en la conservación de las figuras festivas. El Bou de Foc restaurado se podrá ver de forma permanente en la exposición «Ahora toca fiesta».
Los bous de foc son figuras festivas: carcazas zoomórficas llevadas por una persona, con un aplic de artificios pirotécnicos en la espalda que va quemando y rociando de chispas a las personas que, a su alrededor, participan en el juego festivo. Antiguamente, estas figuras solían llevar pirotecnia errática (carretillas o cohetes borrachos).
Nuestro Bou de Foc está formado por una estructura de madera sólida y poco pesada que sirve de esqueleto y que se complementa con un enrejado de tablitas mucho más finas y flexibles, que son las que dan el volumen al conjunto, así como con cuatro patas simples, también de madera, y una cabeza maciza con un agujero central –tapado con una reja metálica– y dos cuernos.
Todo el cuerpo va recubierto por una tela de arpillera muy basta que lleva por encima varias capas de papel encolado y pintado de negro que se sujetan con clavos a la estructura de madera. Por encima de todo el conjunto encontramos la espina, también de madera, que es la que lleva toda la pirotecnia.
Descripción del proceso de restauración Cuando entró al taller, el Bou tenía la cabeza rota y separada del cuerpo; las patas desencaijadas y rotas; la estructura central deformada, hundida y bastante quemada; un ataque masivo de gorgojos; pérdidas de material, y mucha, mucha suciedad. La figura había estado abandonada, al aire libre, un tiempo indeterminado. El proceso de restauración lo podemos dividir en tres partes:
Limpieza-desinfección Lo primero que se hizo fue desmontar todas las partes que formaban el Bou: la capa de papel pintada de negro, que simula la piel del animal, luego la arpillera de protección y, finalmente, las patas. Seguidamente, se procedió a la limpieza por aspiración y, en algunos lugares concretos, con agua y alcohol (papel y zonas muy quemadas). Una vez todo seco, se desinfectó por separado y se eliminaron los clavos más dañados (oxidado) y la mayoría de los alambres que sujetaban las maderas más pequeñas. La parte de la arpillera no se pudo restaurar, porque estaba muy deteriorada, y se decidió sustituirla por una nueva.
Consolidación Se realizó una impregnación de consolidante en toda la parte de la estructura de madera, incidiendo (por inyección) en las grietas y agujeros. Después se encolaron todas las maderas que estaban rotas, y las que formaban la trama de los laterales se fueron humedeciendo y atando para devolverles lo máximo posible su forma y posición original. El atado y los puntos de tensión se hicieron con hilo de cáñamo, por su resistencia y flexibilidad, y con acetato de polivinilo rebajado con agua. Cuando la estructura ya estaba consolidada, enderezada y segura, se incorporaron las patas delantera y la cabeza. El papel que simula la piel del bou se consolidó por la cara interna con papel-japón de PH neutro y carboximetilcelulosa y, una vez estable, se estiró, aplanó y planchó para eliminar lo máximo posible las deformaciones y los pliegues que se habían formado con el tiempo.
Montaje final y reintegraciones Se optó por colocar entre la estructura de madera y la arpillera una capa de gasa de algodón, con un ligero aprest para distribuir las tensiones, y junto con la capa de papel ya reintegrada y pintada se cosió todo con grapas de acero inoxidable a la base de la carcasa de madera.
