"La Unión Europea tiene futuro" y la sociedad civil europeísta lo quiere reivindicar el sábado con una gran manifestación coincidiendo con los 60 años del Tratado de Roma. "En los últimos años sólo hemos visto a los anti-UE en la calle y queremos demostrar que realmente la mayoría somos los proeuropeos", asegura en una entrevista con la ACN uno de los organizadores de la Marcha por Europa, el secretario general de la Unión de Federalistas Europeos (UEF), Paolo Vacca. La manifestación, que se hará en la capital italiana coincidiendo con la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE y contará con presencia catalana, deberá competir en protagonismo con al menos siete actos más, entre ellos, también, una marcha anti-UE.
El "sueño europeo" no puede acabar en manos de unos políticos demasiado "cautos" que no se atreven a tomar decisiones "a nivel europeo", advierte Vacca, que se muestra confiado en que miles de personas participarán el sábado en la Marcha por Europa. Desde Cataluña, de hecho, ya han confirmado su asistencia a la manifestación el secretario general de los socialistas, Miquel Iceta, el exministro y expresidente del Eurocámara Josep Borrell, así como los eurodiputados Jordi Solé (ERC), Javi López (PSC), Ernest Urtasun (ICV) y Francesc Gambús (Independiente). Organizaciones de la sociedad civil como el Consejo Catalán del Movimiento Europeo, la sección catalana y la de jóvenes de la Unión de Federalistas Europeos, Federalistas de Izquierdas u Horizonte Europa también enviarán representantes. "Cataluña siempre ha sido pro-europea", destaca Paolo Vacca, que admite que esperan un "apoyo muy amplio" de catalanes en la manifestación. "Es un momento difícil para todos, y para Cataluña, en particular, por las razones que todos conocemos, así que creemos que la presencia de una gran delegación de ciudadanos, eurodiputados y representantes locales es una gran señal de la confianza y la creencia de la sociedad civil catalana hacia Europa y del lugar de Cataluña en la UE", remarca. Vacca admite que "a estas alturas" la UE se encuentra en una "situación difícil para posicionarse" en el debate independentista. Con todo, preguntado por el encaje de un estado catalán independiente en el club dice que confía en que si el problema surge la UE encontrará "una manera de resolverlo". Sin alternativa a Europa Vacca, que explica que en los últimos días han recibido muchos apoyos de toda Europa para la manifestación, reivindica el futuro de la Unión Europea a pesar de la crisis actual. "La UE tiene futuro, debe tenerlo", asegura, remarcando que "la alternativa es un retorno a un pasado donde los europeos no quieren volver". Un pasado de fronteras y "proteccionismo" como el que piden, de hecho, partidos como el Frente Nacional de Marine Le Pen, en Francia. En un momento crítico, la manifestación de Roma, dice Vacca, es "un llamamiento a la unidad y el cambio" en una UE que "se tiene que reformar para responder a las muchas aspiraciones que tienen los ciudadanos". Según este italiano, la Marcha por Europa "ha unido muchas organizaciones, partidos y entidades de la sociedad civil" para enfrentarse al discurso euroescéptico que ha dominado la calle en los últimos años. "Nosotros también queremos estar en la calle", destaca, señalando que hay que reivindicar "el apoyo a la UE en un momento en que se toman decisiones importantes". Sobre la mesa, el debate del futuro de la Unión Europea ahora que se cumplen 60 años de la firma del Tratado de Roma, cuando quedan pocos días para que el Reino Unido active el procedimiento de salida. Los líderes europeos, que se reunirán el mismo día que miles de personas tomen las calles de Roma, tienen sobre la mesa la propuesta de Francia y Alemania de una Europa a dos velocidades. Para Vacca, es una opción viable. "Hay diferentes visiones" en la Unión Europea, admite el secretario general de la UEF, "así que o encuentras la manera de combinar los que quieren integrar más y los que quieren integrar menos o acabas con otros países tomando la misma decisión que ha tomado el Reino Unido". Según Paolo Vacca, "cuando los países están insatisfechos con el nivel de integración hacia el que va la UE, inevitablemente sienten la tentación de marcharse". "La Europa a dos velocidades es una manera de mantener a todo el mundo unido permitiendo el nivel de integración que realmente quiere cada país", concluye.
