Enver Aznar: El déficit histórico de las políticas de vivienda (I)

15 de noviembre de 2018 a las 08:09h

Una ciudad la conforman las personas que la habitan y participan del tejido del pueblo, pero para habitarla hacen falta casas, lugares donde se construye un hogar, un espacio de confort, intimidad y cuidado donde las personas crean su proyecto de vida y lo nutren. Y las instituciones municipales son las garantes de proporcionar estas casas, a través de políticas públicas destinadas a garantizar el derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad. En Vilanova i la Geltrú vamos muy faltos de políticas de vivienda social. A pesar de no disponer de datos actualizados se puede afirmar que en nuestra ciudad el parque público de alquiler representa el 0,91% del parque de viviendas, mientras que en Barcelona representa un 1,5%, ambos muy lejos del 15% o 20% de los estándares europeos.

Haciendo una evaluación por años y con el criterio del 15% marcado por la Ley catalana 18/2007 del derecho a la vivienda, en el año 2009 Vilanova i la Geltrú debería haber contado con un parque de viviendas para destinar a políticas sociales de 3.478, no obstante en 2010 apenas llegaba a 2.671 -de los cuales 244 eran viviendas de protección oficial en régimen de alquiler. En 2011 la cosa no cambia, según el censo de población y vivienda del INE el total de viviendas de Vilanova era de 26.586, de manera que 3.988 se deberían haber destinado a este a parque social.

Así pues, teníamos un déficit de poco más de 800 viviendas sociales en 2009 y de 1.317 en 2011 en pleno estallido de burbuja inmobiliaria. Y es evidente que sigue existiendo, ya que desde 2010 hasta la actualidad sólo se ha iniciado la promoción de 4 viviendas públicas en Vilanova i la Geltrú, según datos de la Agencia Catalana de la Vivienda. De hecho, las últimas convocatorias de Vivienda de Protección oficial fueron en 2009, en Sant Jordi con 73 viviendas en régimen de alquiler y en 2012, en el Solicrup con 4 viviendas en régimen de compra. Por no decir que las adquisiciones de vivienda vacía en los últimos años han sido escasas.

Sólo con estos datos podemos afirmar que en nuestra ciudad el parque público de alquiler es del todo insuficiente, que las políticas para acceder a la vivienda y a la ciudad han sido del todo inoperantes, y un derecho básico como es la vivienda ha quedado exclusivamente en las manos de un sector privado que se dedica principalmente a la especulación.

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