Ayer miércoles a primera hora los Mossos d'Esquadra lo tenían todo preparado para entrar en una casa, a las afueras de la Fuliola (Urgell), donde todos los indicios indicaban que había una plantación de cannabis: ruido de potentes extractores y luz pinchada, por lo que habían obtenido una autorización judicial para registrarla.
Cuando irrumpieron en el domicilio, con la ayuda de los ARRO, encontraron algo muy diferente: una granja de criptomonedas, compuesta por 30 procesadores para minar monedas virtuales. En la casa también encontraron a tres personas que hoy tienen que ir a declarar a la comisaría de Tàrrega y que están imputados por un delito de defraudación del fluido eléctrico.
La investigación sigue activa para comprobar si, además de pinchar la luz, habían cometido algún ciberdelito.
LA MINERÍA DE CRIPTOMONEDAS
Minar criptomonedas no constituye ningún delito, pero debido a la bajada de su valor y a la subida paralela de la factura eléctrica, ya que esta actividad requiere un gran consumo de energía eléctrica para hacer funcionar los procesadores y refrigerarlos, hoy en día raramente sale a cuenta. Si no es que se pincha la luz.