La Audiencia de Girona ha condenado a 9 años de prisión a un ampurdanés que abusó sexualmente de su hijastra durante ocho años. Según recoge la sentencia, el procesado, Serafín Bassons, hacía tocamientos y violaba a la menor "de manera intermitente y continuada" aprovechando los momentos en que se quedaba solo con ella. Los abusos comenzaron en 1998, cuando la víctima tenía solo 7 años, y se alargaron hasta que ya era una adolescente y estaba a punto de cumplir los 16. A la hora de condenar a Bassons, el tribunal da plena credibilidad al relato de la hijastra. Lo califica de "contundente e impactante" porque, como recoge la sentencia, cuando el tribunal le preguntó cuántas veces su padrastro había abusado de ella, su respuesta no pudo ser más "gráfica". "De la misma manera que no recuerda cuántas veces comió espaguetis de pequeña, tampoco puede recordar cuántas veces abusaron de ella durante años", dice la Audiencia. Además de condenarlo por un delito continuado de abusos sexuales con el agravante de parentesco, el tribunal obliga a Bassons a indemnizar a la hijastra con 30.000 euros.
Según recoge la sentencia, los abusos sexuales comenzaron en 1998, cuando la niña tenía 7 años. Entonces, hacía unos tres que Bassons se había casado con su madre. El procesado les hizo de padrastro tanto a ella como a su hermano. El matrimonio, que también tuvo otro hijo en común, vivía en un pueblo del Alt Empordà. La Audiencia considera probado que el acusado abusó sexualmente de su hijastra "de manera intermitente y continuada" durante años. Aprovechando los momentos en que los dos se quedaban solos, le hacía tocamientos y la violaba. No solo en la vivienda donde vivía la familia, sino también en casa de los abuelos o dentro de su furgoneta. Los abusos se alargaron hasta 2006, cuando la víctima estaba a punto de cumplir los 16 años. El acusado llegó un día a su casa y se encontró a la adolescente con un cuchillo en la mano, amenazando con suicidarse. Fue entonces, recoge la sentencia, cuando Serafín Bassons decidió no volverla a tocar. Sin embargo, tuvieron que pasar aún nueve años hasta que la víctima se decidió a denunciar a su padrastro. Lo hizo en 2015, cuando ya hacía tiempo que Bassons no vivía con ellos (porque el matrimonio se había separado en 2008). "Contundente e impactante" Durante el juicio, el procesado negó los hechos y sostuvo que la hijastra –que ahora tiene 26 años- lo había denunciado por resentimiento. Según la defensa, ella y su madre habían urdido un plan para separarlo del hijo que la pareja había tenido en común cuando estaba casada. La Audiencia de Girona, sin embargo, no cree al acusado y da plena credibilidad a la declaración de la víctima, que dijo que, "desde que tiene uso de razón", recordaba cómo su padrastro abusaba de ella. La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Daniel Varona, subraya que el relato de la hijastra fue "contundente" e, incluso, "impactante". "Interrogada sobre cuántos episodios de abusos ha sufrido, su respuesta no ha podido ser más gráfica (y verosímil para este tribunal)", recoge el escrito. "De la misma manera que no recuerda cuántas veces comió espaguetis de pequeña, tampoco puede recordar cuántas veces abusaron de ella durante años", añade. 9 años de prisión El fiscal pedía hasta 32 años de prisión para Serafín Bassols, a quien imputaba cuatro delitos de abuso sexual. De manera alternativa, solicitó una pena de 10 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual. La Audiencia de Girona concluye que el caso debe enmarcarse dentro del segundo supuesto; es decir, el de un delito continuado, porque Bassons siempre aprovechaba la misma situación –el hecho de ser el padre adoptivo de la víctima- para abusar de ella. A la hora de imponer la pena, el tribunal aplica al condenado un agravante de parentesco y lo condena a 9 años por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal. En materia de responsabilidad civil, la Sección Cuarta de la Audiencia de Girona obliga a Serafín Bassons a indemnizar a la joven con 30.000 euros.