El verano se cierra con solo 6,25 hectáreas forestales quemadas en las comarcas gerundenses, pero con una preocupación creciente por las negligencias y los fuegos intencionados. De hecho, los datos hablan por sí mismos. Según la estadística de los Agentes Rurales, en la demarcación uno de cada cuatro fuegos ha sido intencionado (con incidencia en las zonas de Vilopriu y Fontcoberta) y uno de cada tres, fruto de una negligencia. El Departamento de Interior y los Bomberos insisten en que aún "falta conciencia de riesgo" y subrayan que, sobre todo, no se tiren colillas encendidas desde el coche. Además, también Entre mediados de junio y mediados de septiembre, los Bomberos han realizado casi 300 salidas por todas las comarcas gerundenses para apagar fuegos (de las cuales, más de un centenar en zona urbana).
La campaña de verano se preveía dura en las comarcas gerundenses, debido a la sequía prolongada (de hecho, hay árboles en los bosques que han muerto) y el temor de que los episodios de viento pudieran convertir un fuego en un gran incendio. Afortunadamente, sin embargo, la demarcación cierra la época de olas de calor con solo 6,25 hectáreas forestales quemadas, una de las cifras más bajas de los últimos años. El verano de 2016, en el territorio, las llamas quemaron 231,96 hectáreas; el de 2015, 69,47; y el de 2014, tan solo, 1,8. Aún se mantiene muy vivo, sin embargo, el recuerdo de 2012, en el que el fatídico incendio del Alt Empordà supuso que la campaña se cerrara con 10.788,95 hectáreas forestales calcinadas. Aunque este 2017 la superficie quemada haya sido mínima, los Bomberos han llegado a realizar casi 300 salidas por fuegos entre mediados de junio y de septiembre. Han sido más que el año pasado. En concreto, se han realizado 283 (de las cuales 80 han sido por incendios agrícolas, 90 forestales y 113, en zona urbana). En la mitad de los casos de fuegos forestales, los Bomberos han podido apagar las llamas antes de que se extendieran por el sotobosque. Pero ha habido 44 incendios en los que el fuego, aunque no ha hecho demasiado daño, se ha extendido por arbustos y troncos. Estos fuegos son los que, en conjunto, han quemado 6,25 hectáreas. Y es aquí donde la investigación que han realizado los Agentes Rurales pone una cruda realidad sobre la mesa. Casi uno de cada cuatro incendios (en concreto, diez) han sido intencionados. Y no solo eso, sino que estos fuegos provocados por pirómanos se originan siempre en dos zonas claramente delimitadas. Vilopriu, Cabanelles y negligencias En concreto, según ha explicado el jefe de los rurales en la demarcación, Ignasi de Dalmases, ha habido cinco fuegos en Vilopriu (Baix Empordà), que se suman a los 25 provocados desde 2010. Los otros cinco han comenzado en la zona de Cabanelles, Fontcoberta y Vilademuls (Pla de l'Estany). "Se trata de un nuevo foco que nos apareció el año pasado, donde ya se originaron catorce incendios", ha precisado De Dalmases. Junto a los fuegos provocados, también hay muchos otros (hasta el 33%) que se deben a negligencias. Bien sea por fuegos artificiales o petardos, bien sea por hogueras que se descontrolan o bien sea por colillas. Precisamente, desde la Generalitat ya preparan una campaña dirigida a concienciar a los conductores de que no tiren las colillas encendidas por la ventana. El director general de Prevención y Extinción de Incendios, Juli Gendrau, explica que aún falta "conciencia de riesgo" entre la ciudadanía (por ejemplo, con los petardos o los farolillos). Sí que tanto él como el jefe de la Región de Emergencias, Enric Cano, han admitido pero que las alertas funcionan. "Cuando se avisa de que estamos en una situación de alerta, la gente responde y realizamos menos salidas por igniciones", ha concretado Cano. La prevención, clave Para evitar incendios, la prevención es clave. Por eso, tanto desde Interior como desde Agricultura se están intensificando las actuaciones para prevenir fuegos (y no solo durante el verano, sino a lo largo del año). Los Agentes Rurales, por ejemplo, han llevado a cabo casi 4.300 inspecciones durante el último año. De estas, 658 han sido para revisar líneas eléctricas (aquí, se han puesto 52 denuncias) y 900 más para revisar el estado de los arcenes de carreteras y caminos. En paralelo, el cuerpo también ha realizado 131 inspecciones para comprobar el estado de las franjas de seguridad en las urbanizaciones. Precisamente, tanto la directora territorial de Agricultura, Elisenda Guillaumes, como el de Interior, Albert Ballesta, han subrayado que una de las prioridades del Gobierno es que los municipios realicen las franjas que les corresponden en su término. En este sentido, Ballesta ha explicado que antes de finales de año ya se habrán sacado adelante 53 proyectos de municipios para ejecutar estas franjas. "Son una cuarta parte de los que hay en el territorio, pero no nos quedaremos aquí", ha dicho el director territorial. Por último, dentro de las medidas de prevención, los Bomberos también están realizando charlas por todo el territorio (las próximas serán en Aiguaviva y Regencós) y llevan a cabo quemas controladas –en su argot, quemas de gestión- para frenar el avance del fuego en caso de que se declarara un incendio. Se han realizado, por ejemplo, en la zona de Mas Fumats de Roses (Alt Empordà). Responder a las demandas Por último, el director general de Prevención y Extinción de Incendios también se ha referido a las quejas del colectivo de bomberos voluntarios. Juli Gendrau ha dicho que darán respuesta a todas las que podrán, aunque ya ha dejado claro que hay reivindicaciones que no les corresponden a ellos, sino al Ministerio. Según ha explicado, ahora los bomberos voluntarios ya tienen cobertura de las mutuas, por ejemplo. También ha dicho que "el modelo de Bomberos" en Cataluña quedará explicitado en el plan estratégico del cuerpo para los próximos cinco años. Sí que ha admitido, sin embargo, que algunas de las quejas –como el estado de los parques o el número de efectivos- no son exclusivas de los bomberos voluntarios, sino que la problemática también se da en todo el cuerpo.