Tarraco Viva ha clausurado su 20ª edición este domingo por la tarde, después de quince días de festival, con un acto en el recinto ferial del Palacio de Congresos, donde el director Magí Seritjol ha reflexionado y explicado los detalles de la vida en las calles de la antigua Roma con una recreación histórica. "Estoy híper feliz, costó arrancar hace veinte años pero estamos apostando por cultura de la buena", ha explicado. El festival ha vendido la mayor parte de las entradas, unas 17.000 de las 20.000 que había puesto a la venta, según el primer recuento, que se oficializará este lunes. Los organizadores dicen que este año se ha consolidado el modelo del festival y ya piensan en la próxima edición, que se dedicará a las ciudades antiguas. "En un mundo donde las ciudades cada vez tienen mayor importancia, recordar dónde estaban las antiguas y saber dónde estamos y hacia dónde vamos es capital", ha considerado la concejala de cultura Begoña Floria.
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