Contribuir a racionalizar los 103 equipamientos museísticos existentes en las Terres de l'Ebre, una cifra sin precedentes en ningún territorio de Cataluña fruto de una "burbuja" de inversiones en proyectos patrimoniales por parte de los gobiernos municipales hace unos años. Este es el gran reto que se ha marcado el Consorcio del Museo de les Terres de l'Ebre a partir de este 2018 en la línea de seguir prestando servicios a equipamientos y centros patrimoniales ebrenses, a partir de ahora también como centro de apoyo territorial. Actualmente, muchos de estos proyectos son proyectos que no acabarán prosperando, se encuentran cerrados o, en su mayor parte, sólo abren de forma puntual para turistas y visitas concertadas. La idea es que el Museo pueda asesorar a los ayuntamientos por diversas vías con el objetivo de reorientarlos y hacer viable su funcionamiento, así como tutelar la planificación para evitar que se vuelva a crear esta inflación y se pueda compatibilizar su vocación mayoritariamente turística con el uso por parte de la población local.
El Museo de les Terres de l'Ebre asesora a municipios para racionalizar los proyectos museísticos en el territorio
19 de enero de 2018 a las 17:01h
El Museo trabaja en la confección de un diagnóstico de la situación de los más de cien equipamientos existentes en las Terres de l'Ebre. "No hay ningún territorio que tenga un censo tan elevado", confirma el director-gerente del Consorcio, Àlex Farnós. El centro, que desde 2011 gestiona diversos equipamientos del territorio consorciados –además del propio Museo de les Terres ubicado en Amposta-, también presta, con el apoyo del Departamento de Cultura, servicios a otros museos de la demarcación de Tarragona. A partir de este 2018, además, funcionará como Museo de Apoyo Territorial y es, en este contexto, que podrá asumir esta nueva tarea de asesoramiento, que en cualquier caso deberá ser implementada y ejecutada por los mismos titulares, los municipios. Según ha precisado Farmós, de los más de cien equipamientos, entre diez y doce son proyectos no ejecutados; de los restantes, "algunos no tienen viabilidad y se han cerrado"; otros, en cambio, sea por una apuesta particular de los ayuntamientos o vinculados a las redes de los parques naturales de Els Ports o del delta del Ebro disponen de personal técnico de apoyo. Al margen de estos, alrededor de un 60% abren esporádicamente para visitas concertadas o tienen horarios de visita regular muy limitado. En este contexto, el Departamento de Cultura ha querido hacer patente su voluntad de que "todo lo que se cree nuevo con el apoyo del Museo, responda a unos estándares de planificación: no podemos invertir en patrimonio, crear nuevos equipamientos que el día después de la inauguración no esté previsto quién abrirá, quién cerrará y quién hará actividad". "Desde el Museo tutelaremos que no se cree una burbuja de equipamientos patrimoniales sin haber planificado qué uso se les debe dar", ha remachado Farnós. Sobre los que ya funcionan "bajo mínimos", explica que se les puede ayudar a "mejorar" entrando directamente en el Consorcio, aportando recursos y recibiendo servicios; pero también a través de convenios y asesoramientos puntuales. "Algún ayuntamiento te llama y dice que un equipamiento no funciona y quieren hacer uno nuevo: primero analiza por qué no funciona", ha apuntado. También critica que muchos de los equipamientos, sin tener en cuenta la realidad demográfica del territorio, se han diseñado "pensando sólo en la rentabilidad turística". "En las Terres de l'Ebre, un equipamiento patrimonial que piense que su público sólo debe ser turístico tendrá muchas dificultades para funcionar. Tenemos turistas cuando los tenemos, y una parte muy importante vienen en verano a hacer turismo de playa, no cultural. Cuando empezamos a restar, los que vienen por cultura y patrimonio natural crecen pero no da para mantenerlos abiertos todo el año", apunta. Como posible solución a este escenario, considera Farnós que sería necesario dotar de servicios también pensados para la población local, salas de exposiciones temporales o actos, en la línea que han trabajado los municipios consorciados. "Entre semana funcionan para la población local y en fin de semana para los turistas. Pero si sólo los diseñamos pensando en el fin de semana, fracasaremos", cierra. Recuerda el director del Museo de les Terres de l'Ebre, sin embargo, que más allá de esta voluntad manifestada por la Generalitat, los técnicos pueden asesorar a las instituciones que les requieren pero no tienen capacidad para imponer estos criterios de forma efectiva. Gastronomía, brujería y Guerra Civil, exposiciones de este 2018 Los responsables del Consorcio han presentado este viernes el programa anual de 2018 y la memoria de 2017. Aparte de la gestión directa de los entes consorciados y prestación de servicios –como el Proyecto para la creación del equipamiento y el ente de gestión del patrimonio de l'Ametlla de Mar o el apoyo a la financiación de la exposición 'Gaites i Dolçaines. Present i futur' del Museo de Tortosa -, el centro trabajará en la producción de tres exposiciones propias: 'La cocina en Cataluña. El paisaje en la mesa', que irá acompañada de un congreso sobre patrimonio y gastronomía'; 'Por bruja y curandera', con contenidos inéditos sobre la brujería en el territorio; así como una exposición sobre la Guerra Civil conjuntamente con el COMEBE. Las exposiciones sobre los 120 años de cine en el territorio y el proyecto Migratoebre se harán itinerantes. Paralelamente, la voluntad del Consorcio es también consolidar el programa de Museo inclusivo, para combatir la exclusión y favorecer la integración con la participación de alumnos de ciclos del instituto Montsià. Se iniciará también el programa Escuela Amiga para apoyar la tarea formativa de los centros educativos de los municipios consorciados y se seguirán trabajando en actividades técnicas como excavaciones, itinerarios o la difusión de los contenidos del centro en el proyecto Google Arts Project. Según datos aportados por el Consorcio, durante 2017 los usuarios de todos los servicios y actividades del museo fue de 40.047 personas, casi la mitad de las cuales en la sede central de Amposta. Se efectuaron 65 actividades públicas, con 31 exposiciones, y las instalaciones centrales acogieron una veintena de actividades culturales. Los técnicos del Consorcio documentaron 309 bienes culturales y restauraron 49 objetos. Para este 2018, disponen de un presupuesto de unos 450.000 euros, donde no se incluyen los sueldos de trabajadores a cargo de Cultura o de los consistorios. El alcalde de Amposta y presidente del Consorcio, Adam Tomàs, ha destacado el papel de "referente territorial" y lo ha calificado de "modelo de éxito". Apuesta por que el centro siga creciendo en el territorio dando mayor cobertura a otros centros que lo puedan requerir.
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