El Museo de Historia de Cataluña ha recibido un ejemplar de la Antorcha de la XXV Olimpiada de Barcelona '92 adquirida por la Generalitat. La antorcha fue diseñada por el catalán André Ricard Sala (Barcelona, 1929) y ocupa un lugar especial en su obra tanto porque se enfrentó al diseño de un objeto singular como por la trascendencia mediática y el impacto social que logró en el momento de los Juegos Olímpicos. Su función era la de trasladar la llama desde Olimpia hasta Barcelona. El museo ha recibido la antorcha en el marco conmemorativo del 25 aniversario de los Juegos Olímpicos.
André Ricard recibió el encargo del Comité Olímpico de Barcelona del año 1991 e ideó la antorcha con tres partes acopladas a una estructura autoportante de aluminio inyectado y que pesa 1,2 kilos. En la parte superior se encuentra el cabezal en forma de plato cónico similar a un pebetero y un cuello con estrías horizontales; en la parte central, una tapa de sección trapezoidal protege el depósito de combustible; y, en la parte inferior, la empuñadura de cuero.
Destacan las formas cónicas y triangulares y la direccionalidad frontal, en un lado hay grabados el texto y la imagen de identificación de los Juegos. Ricard trabajó en este diseño colaborando con el equipo de la cátedra de proyectos de la Escuela de Ingenieros de la Universidad Politécnica de Cataluña y con la oficina técnica de Catalana de Gas hasta la definición del dispositivo funcional del quemador y la carga de gas que garantizaban la calidad de la llama y su conservación y seguridad.
Por el valor histórico, simbólico y estético que representa la Antorcha Olímpica de Barcelona '92 se considera un objeto pertinente para pasar a formar parte del fondo del diseño industrial contemporáneo de la colección nacional de la Generalitat, teniendo en cuenta la importancia que tuvieron los Juegos Olímpicos para Cataluña.
