La Guardia Civil ha explicado que el laboratorio de drogas clandestino desmantelado la semana pasada en Mollerussa podría haber explotado, como ocurrió en Segur de Calafell el 14 de mayo y también el 14 de junio cuando los inquilinos de dos viviendas manipulaban presuntamente productos químicos para tratar plantas de marihuana. En el caso de Mollerussa, alertan que, si se hubiera producido una explosión, los daños habrían sido más graves ya que se encontró una gran cantidad de material y productos inflamables. Se trata, reconocen, del laboratorio de drogas de diseño más grande descubierto nunca en la demarcación de Lleida. Además, les sorprendió la magnitud del espacio, la capacidad para producir una gran cantidad de drogas y el desconocimiento y falta de formación del encargado del laboratorio para manipular químicos. Destacan que la colaboración ciudadana fue clave para iniciar esta investigación y animan a seguir denunciando cualquier situación "sospechosa". "Suponía un gran riesgo para la salud pública y para la seguridad ciudadana ya que, por un lado, la elaboración de la sustancia puede no ser la correcta y afectar gravemente al consumidor final y, por otro, porque el espacio podría haber explotado y haber afectado no solo al mismo piso sino a todo el edificio, de varias plantas y con varios vecinos". Así lo ha asegurado el teniente de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Lleida que dirigió esta operación contra el tráfico de drogas, llamada 'Saldos'. Se llevó a cabo el jueves 22 de junio y terminó con la detención de diez personas en Mollerussa, Les Borges Blanques, Riudecols (Baix Camp), Pallejà (Baix Llobregat) y Barcelona.
Tres de los detenidos quedaron en libertad después de declarar en la Guardia Civil, hasta que sean citados por el juez, y los otros siete pasaron a disposición judicial el sábado 24 de junio en el juzgado de guardia de Lleida. Seis quedaron en libertad con cargos después de declarar y el juez ordenó prisión provisional sin fianza para el otro, que era el encargado del laboratorio desmantelado en Mollerussa, de 31 años y nacionalidad española.
A raíz de la operación, la Guardia Civil confiscó más de 20 kilos de speed, 20 litros de producto semisólido anfetamínico, 3.340 comprimidos de MDMA (éxtasis), 250 gramos de hachís y 6.146 gramos de marihuana. También una gran cantidad de material de laboratorio, 3.000 euros en metálico, tres turismos, varios teléfonos móviles y ordenadores portátiles y documentación. Aunque el teniente encargado de la investigación no ha concretado el valor del material confiscado, fuentes cercanas al caso han cuantificado en más de un millón de euros el valor de mercado de la droga decomisada en el piso de Mollerussa.
En este laboratorio de drogas de diseño situado en un piso de la avenida Barcelona de Mollerussa se llevaba a cabo todo el proceso de elaboración de speed y éxtasis para después distribuirlo al consumidor final. Precisamente la Guardia Civil sospecha que los otros detenidos se abastecían de las drogas elaboradas en Mollerussa y las vendían al detalle.
El teniente de la Guardia Civil ha explicado que la investigación se inicia gracias al aviso anónimo de un ciudadano. En este sentido ha agradecido la colaboración ciudadana y ha pedido que los vecinos se sigan implicando y avisando de situaciones sospechosas como "si ven mucho tráfico de gente que no es habitual o sienten fuertes olores". "Los ciudadanos son pequeños héroes que, en este caso, han permitido eliminar un riesgo para los ciudadanos de Mollerussa y para la salud de los jóvenes de Lleida", ha asegurado el teniente.
Reconocen que cuando empiezan a investigar no sabían a qué se enfrentaban y que les sorprende el hallazgo del laboratorio. "No se puede hacer de un día para otro y se necesita una inversión mínima de 10.000 euros para conseguir todos los aparatos que hemos encontrado", explica el teniente que añade que mucha de la maquinaria procedía de Alemania y China.
El teniente ha destacado el peligro real de explosión que suponía el laboratorio ya que "no sería el primer caso". El 14 de junio se produjo un incendio en un inmueble de dos plantas de la avenida Marca Hispánica de Segur de Calafell (Baix Penedès), donde se localizaron una decena de plantas de marihuana. Todo parecía indicar que el hombre cultivaba la droga para autoconsumo y que estaba haciendo un tratamiento químico a las plantas. Este suceso se producía un mes después del incidente registrado el pasado 14 de mayo, también en una urbanización de Segur de Calafell, cuando dos jóvenes que manipulaban productos químicos resultaron heridos en la explosión de un inmueble ocupado donde tenían 200 plantas de marihuana.