El jurado popular considera culpable de homicidio doloso, por 8 votos a favor y 1 en contra, al acusado de matar de un disparo de escopeta a un vecino de 53 años de Santa Maria de Montmagastrell (Urgell), el 18 de diciembre de 2014. El tribunal ha emitido el veredicto este viernes al mediodía, después de deliberar desde el jueves al mediodía y ha concluido que existió voluntad de matar y que, por lo tanto, no fue un accidente. El delito de homicidio doloso se castiga con entre 5 y 10 años de prisión. Ahora, será el magistrado de la Audiencia de Lleida quien establezca la pena concreta. También por 8 votos a favor y 1 en contra han considerado que existió abuso de superioridad. 7 miembros del jurado se han mostrado a favor de pedir un indulto parcial a causa de la edad del condenado, que ahora tiene 77 años. El posible indulto depende del gobierno español pero la Audiencia de Lleida ya ha avanzado que emitirá un informe favorable. Su defensa ha pedido que se le imponga la pena mínima de 5 años y, en caso de que se le aceptara el indulto, la condena se podría rebajar a la mitad. El jurado ha descartado culparlo de asesinato porque consideran que no ha quedado probado que hubiera indefensión.
Después de tres jornadas de entre cinco y ocho horas cada una de juicio, después de haber escuchado los datos y explicaciones de una veintena de testigos y peritos que han declarado durante tres días, y después de una jornada más de deliberación, el turno del jurado popular ha emitido su veredicto: el crimen de Santa Maria de Montmagastrell fue un homicidio doloso. Las acusaciones pedían que se impusiera al acusado entre cinco y quince años de prisión y la defensa solicitaba la absolución o homicidio imprudente. Todas las partes reconocieron el atenuante de reparación del daño ya que el acusado había indemnizado con 400.000 euros a la familia de la víctima. Es por eso que su abogado espera que ahora, teniendo en cuenta este atenuante, la Audiencia de Lleida, que será quien decidirá la condena, la concrete en el mínimo para este delito que son cinco años de prisión. Durante el juicio, los Mossos especializados en balística aseguraron que el disparo era incompatible con un accidente, aunque el acusado mantenía esta tesis. A pesar de ello, tanto en su declaración como en su turno de última palabra el encausado pidió perdón a la familia de la víctima y aseguró que no podía dejar de pensar en lo que pasó.