El titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Barcelona ha dejado a un paso del juicio a los seis miembros de Arran que el 27 de marzo pasado entraron en la sede central del PP catalán y ocuparon el vestíbulo durante media hora. El magistrado les atribuye un delito de desórdenes públicos a todos y uno de daños a tres de ellos por pintar y pegar adhesivos en los cristales de la fachada. Ahora el partido y la fiscalía pueden pedir nuevas diligencias, el archivo o bien las penas correspondientes para que el caso llegue a juicio.
Según una interlocutoria del 2 de noviembre, el magistrado recuerda que los acusados no acudieron voluntariamente al juzgado cuando fueron citados, que sólo lo hicieron cuando fueron arrestados y que se negaron a defenderse. Aún así, las declaraciones de los responsables de seguridad del PP y las imágenes de las cámaras de seguridad hacen concluir al magistrado que decenas de personas se concentraron ante la sede del partido, en la calle Urgell, y que al menos seis traspasaron la primera puerta y quisieron atravesar la segunda, cosa que los miembros de seguridad impidieron. Se quedaron en el vestíbulo impidiendo la entrada y salida de personas, alterando así el trabajo normal del partido, dice el juez. Por eso, considera que la protesta en el exterior era legítima, pero no el intento de ocupación interior, y menos en el caso de personas vinculadas a una fuerza parlamentaria, algunos diputados de los cuales estaban en el exterior.
