El Vall d'Hebron Barcelona Campus Hospitalario hará un seguimiento individualizado de los pacientes de enfermedad tromboembólica venosa, también conocida como trombosis, gracias a una nueva Unidad Funcional de Trombosis Venosa, que permitirá ordenar y agilizar el seguimiento y tratamiento de los enfermos, según se indica desde el centro hospitalario. Aparte del servicio personalizado, el objetivo de la iniciativa es evitar la reiteración de visitas y pruebas diagnósticas innecesarias. El Servicio de Angiología, el de Cirugía Vascular y Endovascular, la Unidad de Hemostasia del Servicio de Hematología y el Servicio de Medicina Interna están involucrados en el nuevo protocolo. Esta colaboración entre profesionales de diferentes servicios comportará que el paciente pueda ver en una única visita a todos los especialistas que siguen su caso.
Sergi Bellmunt, jefe del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular, destaca la importancia de que todos los especialistas estén "incluidos en el viaje del paciente", ya que desde el momento en que llega a urgencias o es diagnosticado, la coordinación permite tratarlo "de una manera más eficaz, más rápida y con más seguridad". Por su parte, la jefa de la Unidad de Hemostasia, Amparo Santamaría, afirma que con este sistema "el paciente tiene garantizada la continuidad asistencial", ya que entra en un circuito que busca un tratamiento a medida de cada caso. La trombosis, puede afectar a las extremidades inferiores o bien a los pulmones (embolia pulmonar). En Vall d'Hebron, cada año se diagnostican 500 casos. Tiene una prevalencia de entre 1 y 2 casos por cada 1.000 personas, aunque el riesgo crece si el paciente tiene alguna otra patología. 1 de cada 4 muertes en el mundo es por trombosis y es la segunda causa de muerte en personas con cáncer. El 60% de los casos son de origen genético y el resto de origen ambiental (tratamientos anticonceptivos u hormonales, síndrome de la clase turista...) o relacionados con otras enfermedades (cáncer, enfermedades inflamatorias, autoinmunes...). En todo caso, sin embargo, la mitad de las veces se desconoce el origen exacto. El riesgo de un nuevo episodio en caso de no recibir un tratamiento adecuado está entre el 15 y el 25% a los 5-10 años, mientras que cae a sólo el 8% si se hace un buen seguimiento.