La firma del convenio entre el Ayuntamiento de Tarragona y la Comunidad de Regantes de Tarragona permite que la documentación generada por esta entidad ya pueda ser consultada en el Archivo Histórico de la Ciudad de Tarragona, en el Espacio Tabacalera.
La necesidad de regular y normalizar el uso del agua para la explotación agrícola de las productivas huertas situadas alrededor del núcleo urbano de Tarragona se remonta a mediados del siglo XIX, cuando desaparecen los antiguos derechos feudales.
En 1845, con el patrocinio del Ayuntamiento de Tarragona, se constituirá la Junta de Aguas del Río Francolí y de las Minas Ferrarota y Protectora, integrada por los propietarios de las huertas tarraconenses. Posteriormente, en 1936, la antigua sociedad se convertirá en la Comunidad de Regantes de las Huertas de Tarragona.
El agua destinada al riego procedía de las aguas subterráneas del río Francolí, de la Mina Ferrarota, de la acequia de los Molinos situada en la Pobla de Mafumet, y de la acequia del Rec Major. En total, el agua gestionada por la Comunidad debía regar 470 Ha., más de 1.100 jornales de huerta.
A inicios de los años 40 del siglo XX, la Comunidad de Regantes de Tarragona integrará a 314 asociados, principalmente agricultores, pequeños propietarios con menos de 2,5 jornales. Sin embargo, como ejemplo de gran propiedad destacará los 30 jornales de huerta de Rafael Pou de Foxà.
La Comunidad de Regantes se estructuraba en la Asamblea General de Propietarios, la Junta de Gobierno y el Jurado de Riegos. Los juicios celebrados por el Jurado de Riegos, encargado de resolver los conflictos relativos al riego, se desarrollaban de forma verbal y sencilla, inspirándose en el Tribunal de Aguas de Valencia, y los veredictos eran ejecutivos e inapelables.
La documentación instalada en 20 cajas de archivo, comprende el período que va desde 1845 hasta 1966 y destacan los libros de acuerdos, la correspondencia, los libros de socios y las actas del Jurado de Riegos.
La consejera de patrimonio histórico-artístico del Ayuntamiento de Tarragona, Begoña Floria, ha destacado: "Es de agradecer el interés de la comunidad de regantes en poner a disposición de la ciudadanía sus fondos. El archivo de la ciudad es un patrimonio que hay que valorar al máximo porque es la memoria de nuestra ciudad".
