Eufònic, el festival de Artes Sonoras y Visuales de las Tierras del Ebro, cierra este domingo con la tradicional fiesta de fin de fiesta en el Chiringuito de la Costa. El certamen concluye la sexta edición con el éxito de haber consolidado el público -a falta de cifras definitivas, se calcula que han participado más de 4.000 personas-, con más número de actuaciones y con un panorama más internacional. El director del festival, Vicent Fibla, ha recordado que Eufònic "no es sólo un certamen de música", sino que converge la parte más lúdica -con el vermut en los Ullals de Baltasar, por ejemplo- con la más experimental. "Nos gusta esta idea de las artes excepcionales, donde pasan muchas cosas y cada uno capta la señal que más le interesa", ha apuntado. Un total de 48 artistas de la vanguardia experimental han participado en el certamen, que ha estado presente en siete municipios de las Tierras del Ebro.
Durante cuatro jornadas intensas, el certamen ha combinado la música con las instalaciones creadas expresamente para la ocasión, con talleres y actividades de un cariz más festivo, como el vermut en los Ullals de Baltasar con Les Sueques. El grupo llevó su pop vitalista en medio de un paisaje único, en medio del parque natural del Delta, donde se juntaron decenas de espectadores. Este domingo, y como es habitual, Eufònic se despide de la edición de este año en el Chiringuito de la Costa, con la electrorumba de Ladilla Rusa. El festival arrancó el jueves en Sant Carles de la Ràpita con el pianista Carles Viarnès, maestro de la neoclásica que utiliza la tecnología para llevar la música a ámbitos diferentes, con Alba G. Corral, maestra de las artes visuales. De entre los artistas que han participado, destaca Indian Wells, con su techno, o el clásico de la electrónica británica Bola, miembro de Gescom, que actuará por primera vez en el Estado español presentando su primer disco en diez años "D.E.G". También el catalán Undo presentará, por primera vez, su disco "Disconnected", encuadrado dentro de la electrónica. Aparte de la música, Eufònic destaca por las instalaciones o representaciones que se hacen durante los días del festival, que son creaciones artísticas sonoras y visuales gestadas 'in situ'. Debido a esto, hay algunas que quedan estrechamente ligadas al territorio. Es el caso, por ejemplo, de 'Lo vulnerable', de Lola Guerrera, que ha hecho una galaxia a partir de elementos de la naturaleza recolectados en el Delta en Lo Pati-Centre d'Art Terres de l'Ebre. También destaca 'In Between', del italiano Fabio Perletta, la primera versión de un proyecto donde se examina el potencial sonoro del arroz, en el antiguo Molí d'Oli de Ulldecona. Finalmente, hay artistas que también se han fijado en el proyecto Castor para hacer su instalación. Los franceses Sandra y Gaspard Bébié-Valérian han trabajado en una versión de su proyecto 'Frack' aplicado al Castor, desde la Cisterna de la Vall d'Alcanar. Por otro lado, Jordi Espuny ha hecho una sonificación de las inyecciones de gas que provocaron los terremotos, en el Museo de Tortosa. Según Fibla, el público, ya fiel al Eufònic, viene a buscar una mezcla de cosas. Una parte importante del público del festival viene de fuera de las Tierras del Ebro y bajan para pasar todo el fin de semana y aprovechar las actividades. "En cambio", dice Fibla, "hay un público que responde a otra señal, se ligan a propuestas más concretas -como las instalaciones-, u otros que vienen por el mercado", ha señalado. En total, han sido 48 los artistas que han participado; siete poblaciones; 23 actuaciones musicales; siete instalaciones; seis talleres y actividades formativas para adultos; dos instalaciones y talleres para niños; y seis residencias artísticas. A diferencia del festival en sí, que termina este domingo, las instalaciones se podrán ver durante una semana más en el Ebro. En febrero, Eufònic trasladará las mejores propuestas del certamen -como la de Perletta sobre el arroz, según ha avanzado Fibla- al Arts Santa Mònica bajo la denominación de Eufònic Urbà.
