El festival aéreo de la Fiesta en el Cielo ha atraído este fin de semana a unas 14.000 personas al aeropuerto de Lleida-Alguaire, según cálculos del propio aeropuerto y Protección Civil. Es la primera vez que el evento se celebra en tierras leridanas y la cifra ha superado las expectativas de los organizadores, que quieren repetir ubicación en próximas ediciones vista la gran respuesta del público. La fiesta ha programado las exhibiciones acrobáticas de una sesentena de aviones militares, civiles e históricos provenientes de Cataluña, el estado español, Francia, Bélgica, Polonia y Reino Unido. Cabe recordar que el festival tuvo que buscar un emplazamiento alternativo a última hora, ya que en julio el ayuntamiento de Santa Susanna, en el Maresme, renunció a acogerlo por motivos de seguridad. La entidad organizadora es la empresa Estudi Brainstorm y cuenta con el apoyo del Aeroclub Barcelona-Sabadell y Fundación Parc Aeronàutic de Catalunya. La Generalitat ha cedido la infraestructura del aeropuerto pero no ha participado en la organización, según fuentes de la delegación del Gobierno. La entrada al festival es gratuita.
El director del festival, Daniel Ventura, ha explicado que el aparcamiento y los accesos del aeropuerto se han colapsado en algún momento e incluso algunos visitantes no han podido terminar de llegar y han dado la vuelta, por lo que el año que viene se tendrán que habilitar zonas de estacionamiento adicionales. "Estamos seguros de que, con tiempo, lo podremos organizar mucho mejor y hacer el festival más grande", ha asegurado. En todo caso, se ha mostrado muy satisfecho de la expectación que ha generado la fiesta y ha afirmado que "si el territorio nos quiere, nos quedaremos en Lleida".
El viernes por la tarde se hicieron los primeros entrenamientos y ayer por la tarde las primeras exhibiciones. El plato fuerte, sin embargo, ha llegado este domingo de 11h a 15h. Las actuaciones más esperadas eran las de las patrullas acrobáticas. La del ejército francés hizo su demostración este sábado por la tarde y la Patrulla Águila del ejército del aire español también actuó ayer y ha cerrado el festival este domingo al mediodía.
Otra de las estrellas de la cita ha sido el Airbus A400M, el avión de transporte militar más grande de Europa y el más moderno de la firma. También destaca el helicóptero Caiman del ejército español y un turbohélice de entrenamiento militar Orlik de la Fuerza Aérea de Polonia. En cuanto al apartado militar, el programa ha incluido, además, las demostraciones de los Harriers de la Armada o de un F-16 de la Fuerza Aérea de Bélgica, entre otros.
Según Ventura, este año la mitad de los aparatos que han participado en el evento eran militares y el resto comerciales e históricos. Explica que en esta ocasión el porcentaje de militares ha crecido (normalmente es del 30%) por una cuestión presupuestaria, ya que los ejércitos no cobran por participar y otros tipos de patrullas sí. De hecho, según el director, el traslado a la carrera de la fiesta ha hecho perder patrocinadores y el presupuesto se ha quedado en 70.000 euros, cuando en pasadas ediciones había llegado a los 250.000.
La Fiesta en el Cielo también cuenta con los aviones y los helicópteros civiles del Aeroclub Barcelona-Sabadell y los aviones clásicos de la Fundación Parc Aeronàutic de Catalunya, aparte de vuelos de paramotor y parapente acrobático.
Desde la delegación del Gobierno en Lleida aseguran que no han participado en el evento más allá de la cesión del aeropuerto. En todo caso, cuando trascendieron las negociaciones de la empresa organizadora con la Generalitat, el delegado del Gobierno en Lleida, Ramon Farré, dijo que la Fiesta del Cielo suponía una oportunidad para promover el aeropuerto de Alguaire y que sería "bueno" para el territorio.
La Fiesta en el Cielo se celebró en Barcelona hasta 2012 coincidiendo con las Fiestas de la Mercè y después se trasladó dos años a Mataró (2014 y 2015). El año pasado no se hizo ya que el ayuntamiento de la capital del Maresme lo suspendió por falta de patrocinadores. Este 2017 estaba previsto organizarla en Santa Susanna, también en el Maresme, pero en julio el consistorio lo descartó después de recibir un informe negativo de Protección Civil, que no veía lo suficientemente segura la ubicación. En Mataró el evento había generado discrepancias sociales y políticas por los gastos que suponía y por la presencia de aviones militares.