Las banderas del Arco Iris, la música, el baile y las pancartas en defensa de los derechos de las personas LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales) han protagonizado la multitudinaria marcha del Barcelona Pride que este sábado por la tarde ha transcurrido por las calles de la ciudad. Más de 50.000 personas, según la Guardia Urbana, han salido a la calle para reivindicar el respeto por la diversidad sexual y señalar especialmente la falta de tolerancia que se vive en el mundo del deporte. 'Xiula falta a la LGTBIfobia' ha sido el eslogan de esta edición, con el objetivo de reclamar a las administraciones, clubes y aficiones un "compromiso firme" para erradicar el rechazo hacia las personas que no son heterosexuales. Las ganas de fiesta y el espíritu reivindicativo han sido el denominador común entre la multitud que se ha volcado en el Barcelona Pride, que finalmente se ha podido celebrar bajo un sol brillante, una vez desvanecida la lluvia que se había mantenido intermitente durante todo el día. En medio del baile y la música, varios colectivos han exhibido sus pancartas para exigir respeto por los derechos de todas las personas, sea cual sea su orientación sexual. Familias homosexuales con niños, personas transexuales vestidas con sus mejores galas y varios colectivos profesionales no se han querido perder la cita.
Para esta edición, la organización ha focalizado la reivindicación en el mundo del deporte, lamentando que sea un ámbito donde el colectivo LGTBI se mantenga oculto. "Es paradójico cómo la práctica deportiva se convierte en un mecanismo valiosísimo para fomentar en la sociedad valores como el estilo de vida saludable, el trabajo en equipo y la autosuperación, pero a la vez es uno de los ámbitos en que el respeto hacia la diversidad se encuentra más atrasado", remachaba el manifiesto que se ha leído al final de la manifestación.
Durante la marcha, uno de los asistentes, Àlex Marlet, denunciaba que los chicos gais que practican deporte sean "discriminados" en su entorno y pedía "visibilidad" del LGTBI en todos los oficios. Más alegre se expresaba Irene Ballesteros, que destacaba que el Barcelona Pride es "una fiesta que sirve para expresar los sentimientos". "Lo más importante es el respeto mutuo", añadía Caterine Mariano, que es una transexual, mientras Agustin Avilardone aplaudía que el estado español garantice los derechos de las personas LGTBI y lamentaba que otras ciudades europeas aún tengan camino por recorrer en este ámbito.
La manifestación de este sábado y la posterior fiesta que se alargará hasta la madrugada en el Moll de la Fusta son el punto álgido de todo un fin de semana reivindicativo, en la que está siendo la décima edición del Barcelona Pride. Según la organización, las actividades organizadas desde ayer viernes atraen a la ciudad a unas 260.000 personas, un 20% de las cuales son turistas. Calculan que el impacto económico que dejan estos visitantes es de 20 MEUR.