El escultor Francesc Fajula ultima un proyecto para la Sagrada Familia

27 de enero de 2018 a las 08:21h
El escultor y arquitecto Francesc Fajula de Sant Joan de les Abadesses (Ripollès) está terminando un conjunto escultórico de más de 12 toneladas que le ha encargado el Patronato de la Sagrada Familia. Son cuatro esculturas de piedra de unos 3 metros de alto que representan el momento en que las tres Marías visitan el sepulcro de Jesús y un ángel les anuncia que está vacío porque ha resucitado. Buena parte del trabajo se ha hecho en su taller del Ripollès pero actualmente ya está finalizando la obra desde el espacio de picapedreros del templo barcelonés. Se trata de un "conjunto escultórico fundamental" para la fachada de la Pasión que conectará con la gran rosácea elíptica del artista Joan Vila-Grau que representa la resurrección. Está previsto que las esculturas se instalen a partir de marzo.
El conjunto escultórico que está ultimando el escultor y arquitecto Francesc Fajula es el del Sepulcro Vacío de la Fachada de la Pasión. En él, se representa el momento en que las mujeres, las tres Marías, visitan el sepulcro donde han enterrado a Jesús y un ángel les anuncia que ha resucitado. En el centro de la escena, está la cueva del sepulcro (que no se ve) y al lado derecho, el Ángel encima de la piedra redonda que tapaba la entrada. Además, sitúa a María Magdalena al lado izquierdo y en un primer plano, y más atrás, las otras dos Marías (que conforman una sola pieza) con los botes de ungüentos en las manos. En una entrevista a la ACN desde el taller de Sant Joan de les Abadesses, Fajula explica que esta es una escena que enseguida le atrajo por los contrastes que presenta. Por un lado, porque todo gira en torno a una ausencia (Jesús resucitado), y por otro, porque cuenta como telón de fondo la gran rosácea elíptica del artista Joan Vila-Grau que representa la resurrección. Sobre este último elemento, el artista detalla que vio claro que el espacio central de su escultura debía quedar libre para mostrar la rosácea de detrás "sin interferencias" y situar las esculturas a ambos lados. En otro nivel, también ha jugado con la dualidad entre oscuridad y luz. Así, la cueva se representa como un elemento oscuro, ligado a la muerte, que contrasta con la luz y la vida representados por el ángel y la rosácea. Y justo en medio de la escena, un elemento clave: la mortaja de Jesucristo que cuelga verticalmente de la cueva, situada justo en el punto medio de la fachada. En cuanto a los materiales, las mujeres están hechas con piedra de Floresta (Lleida), mientras que el ángel y la mortaja, de travertino, de tonos más claros. El conjunto escultórico queda oculto parcialmente por las columnas del cimacio, de modo que el visitante lo apreciará moviéndose por la acera. El hecho de que sea un conjunto para ver desde la distancia ha hecho que el escultor haya puesto énfasis en los "contornos y relieves" de las figuras. Una decena de maquetas Fajula empezó a idear la puesta en escena del sepulcro vacío en 2014 con maquetas en barro y plastilina a pequeña escala. Durante el proceso creativo, se produjeron algunos cambios sustanciales, como que el sepulcro pasara de estar a la vista para finalmente quedar escondido en la cueva o también que el ángel perdiera las alas ajustándose a la representación que Gaudí hace de este personaje bíblico. En total, el artista elaboró nueve maquetas a diferentes escalas antes de llegar a la definitiva hecha con yeso. La ayuda de la tecnología Para la elaboración de estas grandes esculturas, Fajula se ha ayudado de las nuevas tecnologías. El último modelo de yeso, a escala 1/3, es el que se ha escaneado en 3D y luego se ha cortado a la medida real en la piedra con maquinaria robótica de una empresa de Tarragona. De este modo, el escultor acaba de perfilar la piedra manualmente y se puede centrar en las texturas y los detalles. "Sin esta técnica de escaneo habría tardado muchos más meses; la tecnología es extraordinaria porque te libera del esfuerzo físico y te permite tener más tiempo para pensar", añade Fajula. Actualmente ya ha terminado tres cuartas partes del trabajo, y ya tiene prácticamente terminadas las dos mujeres y el ángel. En las últimas semanas se ha centrado en Magdalena, que aún no está terminada. Lo está haciendo desde el taller de picapedreros del mismo templo. El cuarto encargo de la Sagrada Familia No es la primera vez que Francesc Fajula da forma a un encargo de la Sagrada Familia. El primero fue el Cristo que preside el altar mayor del presbiterio (2010) seguido de una gran escultura de Santa Escolástica en el ábside (2013) y cuatro relieves circulares de temas eucarísticos que coronan la cúpula de la sacristía de poniente. Esta vez, sin embargo, es la obra más grande que hace para el templo. Los personajes miden unos 3 metros de alto y en su conjunto superan las 12 toneladas de peso. Ya sólo el brazo del ángel mide más de 1,6 metros aproximadamente. "Es una escena importante porque se sitúa en lo alto de la fachada de la pasión y en el centro, dos elementos de jerarquía en el arte". Trabajar para este templo tan emblemático es una "responsabilidad" pero no lo vive como una "carga pesada". Para este arquitecto y escultor, una de las cosas más positivas de la experiencia de trabajar en la Sagrada Familia es que ha aprendido a relacionarse y trabajar con mucha más gente. Y subraya que lo que hace no es una obra estrictamente suya sino que forma parte del trabajo colectivo de todas aquellas personas que durante años han contribuido a hacer realidad una "idea genial" como la que tuvo Antoni Gaudí. Una obra, por otro lado, que ha seguido de cerca. Recuerda que desde que fue a Barcelona a estudiar en los años 60 "no pasaba un mes que no sacara la cabeza" para ver cómo evolucionaban las obras. Ya entonces le atraía la "originalidad" de aquel proyecto. El Patronato de la Sagrada Familia prevé que el Sepulcro Vacío de Fajula esté colocado a partir de marzo y se refiere a él como un "conjunto escultórico fundamental" para la fachada de la Pasión.
Sobre el autor
C CIUTAT
Redacció
Ver biografía
Lo más leído