El escritor ganador del premio Ciutat de Barcelona publica un nuevo libro

11 de marzo de 2017 a las 08:29h
El escritor Joan Carreras, quien ganó el premio Sant Jordi con 'L'àliga negra' (2015) y el Ciutat de Barcelona con 'Cafè Barcelona' (2013), publica un nuevo libro: 'La dona del Cadillac' (Proa), que se ubica en un "mundo pequeño" y tiene como protagonistas un hombre que llega a un pueblo con un último encargo de su empresa y una mujer que deja de creer en el mundo místico en el que había creído en los últimos años. En una entrevista, Carreras ha asegurado, refiriéndose al proceso de creación de sus novelas en general y a su último libro en concreto, que llega un momento en el que su cerebro "piensa como ocho personajes diferentes".
En palabras del mismo Carreras, 'La dona del Cadillac' es la historia de un hombre que llega a un pueblo llamado Mompuig, que representa "un mundo pequeño", con un último encargo de su empresa y no sabe qué pasará después de esta misión. Lo único que "sabe es que es el último encargo". En este mundo, hay una mujer que se encuentra en una crisis de fe de su proyecto anterior que era un centro de meditación, dejando de creer en el mundo místico en el que había creído en los últimos años. El mismo Carreras ha apuntado que este es el motor de inicio de su libro. En concreto, el último encargo es comprarle a Helena Bau un Cadillac que custodia en un garaje. "Habría podido ser otra cosa, pero me gustaba que fuera un coche antiguo y potente" y que "todo el mundo conoce", ha dicho Carreras. Asimismo, algunos vecinos no ven con buenos ojos la presencia del forastero, ni los que regentan el bar, ni el chico de la gasolinera, ni tampoco su tío.
Preguntado por el pueblo del que habla en el libro, Mompuig, ha señalado que su idea era crear este mundo pequeño que tiene forma de pequeño municipio. "No quería escribir sobre los pueblos de Cataluña". En este sentido, ha destacado que su idea era hablar de un mundo pequeño que tiene forma de pueblo y que cualquier lector catalán lo pueda identificar y que "si algún día el libro se traduce a otras lenguas que cualquier lector reconozca el pueblo del que estoy hablando. Es la abstracción de un pueblo", ha indicado. El escritor ha recalcado que en este libro "no hay un narrador que guíe" a diferencia de otros libros suyos y los comentarios son de sus personajes. Esto le ha llevado a reflexionar sobre su manera de escribir en la que "entra en las voces de cada personaje. Cuando habla Nico, yo soy él y pienso y hablo como él". Lo mismo pasa con otros personajes como Angeleta. "Cuando escribo sobre ella pienso como ella y no diré cosas que ella no diga y no pensaré cosas que ella no piense". "Mi cerebro hay un momento en que piensa como ocho personajes diferentes y eso es lo que me flipa más". Carreras ha dicho que le gusta explicar historias y estar en el cerebro de los personajes. Por el contrario, no le gusta decir a los personajes qué tienen que hacer y describiendo los personajes por los lectores, ya que prefiere que lo vayan descubriendo ellos mismos. Carreras ha reconocido que escribe las cosas muchas veces. "Escribo teniendo un plan, una idea y cuál es el punto final, pero no hay una trama dibujada que sea como una especie de prisión que me deje encerrado. Estoy con mucha libertad y si un personaje crece, yo crezco con él y si se arruga, miro cuál es el problema". Esto hace, como ha dicho, que escriba sus libros varias veces y haya varias versiones. "Me encanta escribir mis libros muchas veces, no hay ningún problema". Ha apuntado que tiene una gran necesidad de explicar historias y es de la opinión de que "si tenía que verter alguna cosa" en este libro eso ya lo verán los lectores porque él, ha indicado, no es consciente. "Un autor que es consciente de lo que quiere vomitar... no iremos bien". Carreras ha dicho que explica historias sin mensaje, pero si alguien las encuentra le parece muy bien. "Tengo la máxima ambición literaria para explicar historias de la manera más perfecta posible y que todo encaje". Reconocimientos Carreras ganó el premio Sant Jordi con 'L'àliga negra' (2015) y el Ciutat de Barcelona con 'Cafè Barcelona' (2013). Ha remarcado que el haber ganado estos galardones no le supone ninguna presión en el momento de escribir las nuevas novelas. "Tener un reconocimiento es la bomba", ha indicado. "¿Cómo me tiene que hacer presión?", ha preguntado. En este contexto, ha apuntado que después del Premio Sant Jordi ha hecho más de 50 actos de conferencias y charlas y lo ha valorado positivamente. Ha apuntado que la única presión, se la pone él mismo y es escribir con la máxima ambición en cuanto a la calidad literaria.