El empresario cárnico leridano detenido por la muerte de su cuñado declaró este sábado en el juzgado de guardia de Lleida que la víctima tenía deudas con varios prestamistas a quienes había pedido dinero. El sospechoso, Josep P., de 47 años y vecino de Benavent de Segrià, habría intentado así desvincularse de la muerte del marido de su hermana, Eduard A., que desapareció el lunes y fue encontrado muerto el viernes en el maletero de un coche en el barrio de Hostafrancs de Barcelona. Hasta ahora, lo único que había trascendido de la declaración de más de una hora que Josep P. hizo ante el juez era que había defendido su inocencia y había negado tener cualquier implicación en el caso. El juez de guardia, sin embargo, consideró que existían indicios que lo vinculaban con el crimen de su cuñado y ordenó su prisión provisional sin fianza. Según las mismas fuentes consultadas, Josep P. reconoció ante el juez que fue el lunes a Barcelona, pero, para hacer gestiones bancarias, dijo. El propietario de una cadena de carnicerías de Lleida, con seis establecimientos y 23 trabajadores, ingresó ayer sábado en el centro penitenciario de Ponent y podría ser acusado de homicidio o asesinato, un extremo que dependerá de la fiscalía y de la información que aporten, entre otros, las pruebas forenses. El caso sigue bajo secreto de las actuaciones.
Antes del hallazgo del cadáver de Eduard A., el viernes en Barcelona, los Mossos d'Esquadra ya sospechaban que Josep P. tenía algo que ver con la desaparición, y ahora homicidio, de su cuñado ya que lo detuvieron el miércoles, dos días antes de la aparición del cuerpo y solo un día después de que la hermana del detenido y esposa de la víctima denunciara la desaparición de su marido.
La víctima, Eduard A., fue visto por última vez el lunes 19 de junio en Albesa (Noguera) dentro de un coche gris y su cadáver es el que se encontró el viernes 23 dentro del maletero de ese mismo coche, aparcado en el barrio de Hostafrancs de Barcelona, según confirmó el sábado el abogado de Josep P., Daniel Fernández. El cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición. El turismo, un Volkswagen Golf, estaba estacionado en la calle de Béjar, cerca del restaurante 'El racó de l'Alfons'.
El hallazgo del cuerpo en Barcelona
El dueño del restaurante El racó de l'Alfons, en la calle Béjar, explicó este viernes a los medios que notó desde las nueve menos cuarto de la mañana un fuerte olor en la calle. Pensaba que era pescado podrido o fruto del habitual 'botellón' que se hace en la zona, cercana a una discoteca. Vio una mancha cerca de un Volkswagen Golf de color gris, muy nuevo y con la matrícula de un concesionario de Lleida. Intentó limpiar la mancha con agua y lejía, pero no se iba. Por eso avisó a los servicios municipales de limpieza, que descubrieron que el maletero del coche goteaba un líquido rojizo por debajo. Por eso, hacia las 12 del mediodía avisaron a los Mossos d'Esquadra, que descubrieron un cadáver en el maletero. El coche tenía una multa de aparcamiento desde el pasado lunes, día 19, justo el día que desapareció Eduard A.
