Después de tres años de ausencia, la magia del Circo Histórico Raluy vuelve a Tarragona con Fortius, un nuevo espectáculo, con 20 artistas de cinco nacionalidades diferentes, que combina el pasado con el presente, donde la habilidad y la destreza son los protagonistas con la recuperación del mítico personaje del hombre fuerte como eje central del show. La popular compañía de circo, instalada en el Parque de la Ciudad, actuará hasta el día 24 de septiembre, dentro de la programación de las fiestas de Santa Tecla.
Imagen del exterior de la carpa del Circo Histórico Raluy. Fotografía: Victòria Altés Dalmau El espectáculo Fortius «Más fuerte» es un homenaje a los espectáculos de los circos de antes; aquel fenómeno social que se originó durante la Edad Media en Europa y que a lo largo del paso del tiempo ha ido evolucionando. Así pues, Fortius es el ejemplo que combina la habilidad y la destreza con la magia, la perfección y la belleza. Según explica el malabarista William Giribaldi, «a partir del número del hombre fuerte, hemos intentado crear un espectáculo en el cual la fuerza y la habilidad del cuerpo tengan el protagonismo». La función, pensada para toda la familia, incluye números de primer nivel mundial que se han visto o se verán en los prestigiosos circos y festivales europeos. Con un aforo de 850 personas y una duración de dos horas y un entreacto de quince minutos, las acrobacias, el cómico, los equilibrios, el contorsionismo y los payasos hacen del espectáculo un viaje a otros tiempos.
Una de las grandes estrellas del espectáculo es el artista Val de Fun (Valery Serebryakov), un payaso ruso que con su comicidad heredada de Charles Chaplin, sorprende al público con su número de agua. El artista ha actuado en importantes circos de Rusia y Estados Unidos y en los festivales internacionales de Circo de Montecarlo (2009) y de Payasos de Cornellà. Memorial Charlie Rivel (2010).
Durante el espectáculo, dirigido por Carlos Raluy, se pueden ver el número de ícaros (acrobacias) de las hermanas Jillian y Kimberly Giribaldi Raluy antes de que la pareja viaje a Francia para formar parte del espectáculo Exploit, la nueva producción del prestigioso Cirque d'Hiver de París. También, están presentes otros números como los de equilibrios y contorsión por parte de Quincy Azzario, las cintas aéreas con Loretta y Daniel, el hombre fuerte Artur Robin, las acrobacias de Zoltan y Gergley, los payasos Globó y Francis Raluy, los malabares de William Giribaldi, y el hula-hoop de Rosa Raluy.
Jillian y Kimberly Giribaldi Raluy. Fotografía: Victòria Altés Dalmau ¿La tecnología, como compañera como enemiga del circo? Los personajes han coincidido en el hecho de que la tecnología es un arma muy poderosa en los tiempos que corren pero que estar en directo en una representación de circo no se puede suplantar con ninguna grabación. La magia del circo y la piel de gallina al ver a los personajes haciendo cosas inverosímiles no tiene el mismo color si se ve a través de una pantalla. Según explica el malabarista William Giribaldi, «no creo que la tecnología haga daño al circo; si se sabe aprovechar, puede hacer muy bien al circo, ya que hoy en día es mucho más fácil difundir un mensaje a partir de internet, pero una cosa no tiene que ver con la otra. Cuando los niños se encuentran ante alguna cosa tan real y directa es una experiencia única y totalmente diferente».
El payaso Globó afirma que la tecnología ha intentado crear sensaciones 3D pero que no es comparable al verlo en directo. «El Raluy tiene un producto de circo tradicional donde te sumerges en un mundo realmente antiguo, y este es el motor de nuestro día a día». Carlos Raluy, director de la compañía, añade que siguiendo con este razonamiento también tendrían que acabar el fútbol y los otros deportes en directo. «Nada sustituye el directo».
Globó, Val de Fun y Carlos Raluy durante la entrevista. Fotografía: Victòria Altés Dalmau El Histórico Raluy El Circo se creó en el año 1983 a partir de una idea original que Carlos Raluy tuvo en el año 1976. Inspirado en los circos de los años 20 y 30, la compañía sigue fiel al proyecto inicial que ahora tiene continuidad con el Circo Histórico Raluy. El director nos explica que todo empezó con su padre, un trabajador de una fábrica de Sant Adrià del Bèsos y aficionado al atletismo y la gimnasia. «Mi padre tenía tanta pasión por el circo que se colaba dentro de los circos porque no tenía dinero para pagarse una entrada», recuerda Carlos Raluy durante la entrevista. Después de frecuentar el London Bar, en la calle Nou de la Rambla, en Barcelona, donde se encontraban todos los artistas de circo, los acróbatas del cuarteto Keystone le comentan que uno de los cuatro componentes abandona la formación y entra a formar parte del grupo. Es a partir de aquel momento, que empieza una gran trayectoria profesional que ha pasado de generación en generación y que después de tantos años, el público sigue disfrutando de su espectáculo.