El chico presuntamente agredido por dos miembros de los Ángeles del Infierno en un bar de Cambrils (Baix Camp) en 2011 ha declarado este lunes que no ha vuelto a salir de noche por miedo a volver a sufrir un episodio similar. Durante su comparecencia ante el tribunal de la Audiencia de Tarragona, el joven de origen senegalés ha explicado que varias personas de esta banda de moteros empezaron a agredirle en el interior del local hasta que le hicieron caer al suelo. Acto seguido, ha dicho que le echaron del establecimiento a base de golpes y que, cuando ya estaba en la calle, le cercaron, le dieron puñetazos y patadas, y le hirieron con un arma blanca. Según la víctima, unos instantes antes había tenido un encontronazo verbal con una chica que le había pisado. Él le reprochó que no hacía falta que le pisara y que se apartaría si se lo pedía. Acto seguido, según su versión, un chico le preguntó qué había hablado con la chica y le empezaron a agredir.
La víctima ha declarado que creía que querían matarle y que le tenían ganas porque solo el asunto con la chica "no es motivo para pegar a una persona". Además, ha dicho que no se esperaba una agresión como aquella porque se considera una persona "muy tranquila". Respondiendo a las preguntas de su abogado, el joven ha dicho que a raíz de aquellos hechos no ha vuelto a salir de noche por miedo.
Durante la declaración, el chico ha admitido que no recordaba mucho los hechos ni las personas que le habían agredido porque han pasado ocho años y el local de ocio estaba oscuro. Varios testigos han dicho que varios miembros de la banda de los Ángeles del Infierno -hasta una decena- cercaron y se abalanzaron sobre el chico. Según han dicho, los hechos ocurrieron muy rápido y vieron que el chico había sufrido una importante cuchillada en el brazo. El joven sufrió una herida incisa de tres centímetros en el tórax y una de trece en el brazo que le tuvieron casi un mes de baja.
La agresión ocurrió el 29 de mayo de 2011 en el bar la Central de Cambrils, en plena celebración de la cuarta Champions del Barça. Según la fiscalía, los miembros de la banda también insultaron al chico por su color de piel y, tras la agresión, los procesados se escondieron en el lavabo. Allí, agentes de la Policía Local les detuvieron e interceptaron tres navajas de unos diez centímetros, una de las cuales con una esvástica nazi.
La fiscalía pide nueve años de prisión a cada acusado por un delito de homicidio en grado de tentativa con los agravantes de racismo, discriminación por razón de etnia o raza y abuso de superioridad. Además, solicita que no se puedan acercar a la víctima durante nueve años, que le paguen una indemnización de más de 3.200 euros.
El juicio está previsto que se alargue hasta el miércoles. Los procesados declararán los últimos, después de que hayan comparecido el resto de testigos y peritos. Los abogados defensores piden la absolución de los dos acusados porque consideran que no ha quedado acreditado que sean los autores de las agresiones.