El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Blanes ha acogido esta semana una charla divulgativa sobre una enfermedad demasiado desconocida y, justamente por este motivo, repleta de mitos y falsas creencias a su alrededor. Organizada por el Ayuntamiento de Blanes con el apoyo de la empresa blanesa 'MJN-NEuroserveis`, se encargó de dar la bienvenida la teniente de alcalde de Salud y Medio Ambiente, Marina Vall·llosada.
Cabe decir que la charla ha formado parte de las actividades organizadas con motivo del Día Estatal de Lucha Contra la Epilepsia, que se celebra el 24 de Mayo, es decir; el lunes pasado. Por este motivo, la fachada principal del edificio consistorial se tiñó de naranja –el color que identifica la lucha por esta enfermedad- desde el viernes anterior.
La epilepsia: una enfermedad demasiado estigmatizada por la sociedad
El núcleo de la conferencia corrió a cargo de David Blánquez, CEO de 'MJN-Neuroserveis' y padre de Marina, persona que padece la enfermedad desde los 2 años. Ingeniero de formación, ha pasado 20 años trabajando en visión artificial, robótica y maquinaria industrial. Precisamente fue a raíz de que a su hija le diagnosticaron que padece epilepsia que se interesó aún más por todo lo relacionado con el cerebro, tanto a nivel funcional como de investigación.
Desde su posición como padre e ingeniero se ha dedicado a recoger información por todos los canales posibles con el objetivo de tener una visión global e interdisciplinar, habiendo detectado que el aspecto social queda muy escondido. La epilepsia es una enfermedad demasiado estigmatizada, fea, que no gusta. Antiguamente estaba mal vista, y en la actualidad aún se la rechaza, se esconde, no se quiere hablar de ella.
La palabra epilepsia proviene del griego, y significa 'ataque sorpresa'. Es una enfermedad cerebral que se caracteriza por una actividad eléctrica anormal que provoca convulsiones o comportamientos y sensaciones inusuales. A menudo lo que ocurre es que, cuando se producen las convulsiones, la persona puede caer, tener un accidente y lesionarse. La padecen entre un 1% y un 3% de la población mundial, y conlleva pérdida de memoria, cambios de carácter repentinos, problemas de motricidad y pérdida de la función cognitiva.
Por eso, convivir con la epilepsia es duro y estresante, porque es imposible saber cuándo tendrá lugar una crisis. Según David Blánquez, el 54% de los enfermos padecen angustia, y el 32% depresión. Las personas viven con una tensión constante al no saber si la próxima crisis la sufrirán en su casa, en la calle, caminando por la calle, solos o acompañados... etc.
Un inmenso mar de dudas que les genera estrés a las personas enfermas, pero también a su entorno más inmediato. Su calidad de vida es muy inferior a la de la población sana, por falta de autonomía y los trastornos asociados. Actualmente se realizan tratamientos farmacológicos, pero existe el aspecto social sobre el cual el ponente remarcó que sería necesario incidir más. En las escuelas, en los centros de trabajo: en la sociedad en general.
'MJN-Neuroserveis': una solución para detectar a tiempo las crisis de epilepsia
El último tramo de la charla corrió a cargo de Anna Rodríguez, responsable de marketing y ventas de 'MJN-Neuroserveis', quien explicó que la empresa blanesa destina un 10% de sus ventas a realizar Investigación y Desarrollo en enfermedades neurológicas, no tan solo en epilepsia.
'MJN-Neuroserveis' ha desarrollado un dispositivo médico SERAS, un wearable en forma de auricular capaz de registrar la actividad eléctrica del cerebro y realizar un electroencefalograma de manera continua fuera del ámbito hospitalario. Gracias a su dispositivo, MJN puede dar soluciones de salud a diferentes patologías que tienen su origen en la actividad cerebral: epilepsia, trastornos del sueño (apnea, síndrome de piernas inquietas), ictus, esquizofrenia....
Se trata de un predictor de crisis único en el mercado, capaz de monitorizar de manera permanente la actividad cerebral del usuario para generar informes clínicos. Actualmente 'MJN' cuenta con la colaboración de la Clínica Corachán de Barcelona y el Cleveland Clinic en Estados Unidos.