El Ayuntamiento de Altafulla retira la barca 'Núria Baltasar' para restaurarla

11 de marzo de 2021 a las 14:13h

El Ayuntamiento de Altafulla, con la colaboración del Club Marítimo, ha retirado esta mañana del paseo de Botigues de Mar la barca 'Núria Baltasar' para restaurarla y devolverla a su actual emplazamiento. Recientemente, el consistorio ha creado una partida para la conservación del patrimonio local dotada con 10.000 euros que, como ha expresado la concejala de Cultura, Gemma Maymó, "servirá para impulsar las primeras acciones de restauración de piezas identitarias de la villa como es la fuente de Caid Ismaíl, la barca de la familia Ramon 'Núria Baltasar' o la escultura de San Antonio".

La barca 'Núria Baltasar' es un gussi de pesca tradicional –llagut pequeño catalán de 20 palmos, que fue adquirida por el vecino altafullense Francesc Ramon Pedrol en 1934 y bautizada con el nombre de dos de sus hijos, Núria y Baltasar. La particularidad de este gussi, originario del siglo XIX, era utilizado en las costas catalanas hasta bien entrado el siglo XX para la pesca con fluixa.

La familia Ramon, cuatro generaciones de pesca en Altafulla

El legado pesquero de la Familia Ramon en Altafulla arranca el 6 de septiembre de 1819 cuando Baltasar Ramon (abuelo de Francesc Ramon Pedrol) fue nombrado patrón de un llaüt de pesca por su propietaria Teresa Porta, viuda de Francesc Porta. En 1826, el 8 de julio, compró al maestro de hacha de Torredembarra, Pere Martí, un llaüt sardinero, llamado "San Antonio" por el precio de 93 duros y medio.

Pasados los años, el nieto Francesc Ramon Pedrol, conocido en Altafulla por 'Francesc de Mar',hijo de Baltasar Ramon Bosch, fue el último pescador del siglo XX de Altafulla. Era patrón de cabotaje y después de unos años pescando en la playa de Torredembarra con una barca de luz que capitaneaba, volvió a pescar desde Altafulla con la barca 'Núria Baltasar'. Murió en 1965, a los 65 años.

Años más tarde, en 2005, uno de los tres hijos de Francesc Ramon y Casimira, Baltasar, una vez jubilado, donó la barca al Ayuntamiento que la emplazó en la actual ubicación para que presidiera el paseo de Botigues de Mar, legado del pasado marinero de estos antiguos almacenes de pesca y de comerciantes de los siglos XIX y XX. De hecho, muchos de estos almacenes se convirtieron en viviendas a lo largo del siglo XX, y a día de hoy, las casas de los números 51, 53 y 57 siguen siendo propiedad de la familia Ramon de Altafulla, la última, la 57, conocida por la "casa del pozo" porque entonces había un pozo de agua dulce y huertos.