La muerte de Joan Bayén, 'Juanito', el popular Pinotxo de la Boqueria, no pasará desapercibida. La viuda de Juanito hizo público ayer un comunicado, a través de sus abogados, de su difunto marido donde pone negro sobre blanco respecto a sus últimos años en el bar y al destino de su antiguo negocio.
Pinotxo trabajó infatigablemente durante 75 años en la famosa parada de comidas del Mercado de la Boqueria. El Estudio Jurídico Enrique Moreno, donde Juanito llevaba sus asuntos legales han explicado que Bayén se ponía en contacto a menudo para expresarles su angustia sobre el funcionamiento y el futuro del negocio.
SIN ACCESO A LOS NÚMEROS
La carta, difundida en forma de nota de prensa por sus abogados, es una amarga queja por el maltrato y que, en su opinión, recibía por parte de sus familiares.
"Lo cierto es que Pinotxo no tenía ninguna documentación de su sociedad. A excepción de unos borradores, no sabía nada de la marcha cotidiana de la gestión del bar a escala administrativa y económica, se limitaba al cobro de la nómina.No tenía datos de las cuentas bancarias, ni sabía cuáles eran los saldos, ni conocía los resultados de la sociedad, ni tenía constancia del cobro de beneficios".

En el comunicado se afirma que "ni siquiera se atrevía a preguntar a sus sobrinos por la situación económica de la gestión de su negocio o del patrimonio inmobiliario, por miedo a su reacción". Pinotxo consideraba que su sobrino y familia no eran “los sucesores adecuados y decidió escuchar las ofertas que venía teniendo por el bar desde hacía años”.
Se llegó al extremo de que su sobrino y otros familiares "habían salido de la barra, negándose a trabajar y a atender al público, para presionar a Pinotxo para que se fuera del bar".
LA VERSIÓN DEL SOBRINO
Para el sobrino de Bayén, Jordi Asín, los hechos difieren, ya que, explica, Juanito se fue del mercado a causa de un desmayo, después de varios días en que no se encontraba bien y de una progresiva degeneración física. Algunos paradistas de la Boqueria también han explicado a la prensa que los familiares de Pinotxo también sufrió durante años su mal carácter en el ámbito privado, así como el hecho de que la mayor parte del trabajo y la gestión la llevaban Asín y su familia.
LA VENTA DEL PINOTXO
Finalmente, Juanito decidió vender el negocio después de ofrecérselo a su sobrino 'por un precio inferior al que finalmente se vendió'.
Sigue el comunicado: "En realidad, ha pretendido y pretende quedarse (su sobrino, Jordi Asín) todos los activos de su tío vinculados al bar, pagando 36.000 euros y una renta vitalicia para Pinotxo de 1.353 euros. Parece obvio que Asín persigue beneficiarse de una hipotética venta posterior, quedándose toda la plusvalía que haya podido generar el negocio".
Pinotxo no reconoce al sobrino como continuador de su obra. Su legado "descansa en su bondad, su desbordante humanidad, su legendaria simpatía, su entrega al trabajo y su acrisolada lealtad".

LITIGIO POR LA MARCA 'PINOTXO'
También se ha publicado que Jordi Asín pretende abrir, con la ayuda de un inversor, otro bar bajo el nombre de Bar Pinotxo. "Cualquier inversor debe saber que la marca que dice ostentar el Sr. Asín es litigiosa y que los documentos en que basa su derecho no son fiable", informa el comunicado.
El comunicado asegura que "Está presentada la oportuna acción legal para que Pinotxo recupere su marca (...) y preservar su legado para que el Bar Pinotxo continúe con un digno sucesor. Porque es esta imagen que la ciudadanía le ha atribuido como alma y sonrisa eterna de la Boqueria, maestro del oficio y embajador del mercado y de esta ciudad la que “Pinotxo” quiere conservar". Y concluyen: "A partir de ahora, todas las diferencias se dirimirán en los Tribunales".