El acusado de maltratar y violar del 2012 al 2016 a su pareja sentimental ha negado haber pegado, insultado o forzado nunca a la mujer. El hombre, vecino de la Seu d'Urgell, de 44 años y nacionalidad portuguesa, ha asegurado que sólo discutían "como pareja". La víctima, en cambio, ha relatado que él la insultaba, la amenazaba, la pegaba y la obligaba a mantener relaciones sexuales que ella no quería, haciendo uso de la fuerza. Los psicólogos que trataron a la mujer han declarado que ella aguantaba la situación por "dependencia emocional" y porque se sentía "atrapada". Consideran que acaba denunciando los hechos por miedo a que el hombre hiciera daño a los dos hijos, de 8 y 12 años, que tenían en común. La fiscalía y la acusación particular piden trece años y medio de prisión y la defensa la absolución. La mujer ha declarado, protegida por una mampara, que a nivel psicológico estaba "destrozada" porque "para él, yo no valía nada". Ha asegurado que las peleas eran diarias, que muchas veces iba bebido, que tenía "mucho miedo" porque a veces se ponía "insoportable" y que si ella dejaba de ser "sumisa", él "se alteraba más".
La mujer ha declarado que el acusado le decía puta y la pegaba y que, en una ocasión, la pegó delante de su hijo mayor, de 12 años. "Me tiró al suelo y me retorció el brazo", ha explicado. Además, ha dicho, en una ocasión amenazó con matarla a ella y a sus padres y le prohibía llamarles. A veces también insultaba a los niños y les amenazaba con romperles las piernas y la cabeza, ha explicado.
La víctima también ha declarado que diariamente la tiraba de la cama porque se negaba a mantener relaciones sexuales con él y la acusaba de ir con otros hombres. "Dormía en el suelo porque no me dejaba dormir en la cama y me obligaba a hacerle felaciones y a mantener relaciones sexuales con él", ha explicado. "Siempre me forzaba. Yo no quería tener ningún tipo de relación con él y él lo sabía", ha sentenciado, pero "a veces intentaba defenderme y otras se lo permitía por miedo".
La madre de la mujer ha declarado que ella escuchó en su casa cómo el hombre insultaba y gritaba a su hija. Ha añadido que siempre que lo veía iba muy bebido. La vecina de la pareja también ha declarado en el juicio que en los últimos años, el hombre iba siempre bebido.
En este sentido, los psicólogos han declarado que ellos creen que el hombre tenía dependencia al alcohol pero descarta que estuviera afectado de encefalopatía alcohólica que pudiera afectar a sus capacidades cognitivas y volitivas. "A nivel mental está bien. Sabe qué está bien y qué no", han declarado y han añadido que una persona borracha puede actuar de manera pasiva o de manera activa y agresiva.
En cuanto a la mujer, los psicólogos han explicado que cuando la visitaron tenía estrés postraumático. "Llegó insegura, cansada, triste, abatida, con mucho sentimiento de culpa por haber aguantado aquella situación", han explicado. "Se dejaba hacer por miedo a que hiciera algo a los niños pero se sentía muy mal y se culpaba", han añadido. Según los psicólogos, existía una situación de poder de él hacia ella porque "ella era un muñeco para él".
El juicio ha tenido lugar este miércoles en la Audiencia de Lleida. La fiscalía solicita que se impongan al acusado dos años y medio de prisión por un delito de violencia habitual, un año de prisión por un delito continuado de maltrato y diez años de prisión por un delito continuado de agresión sexual con el agravante de parentesco. También pide que se le prohíba acercarse o comunicarse con la víctima durante ocho años posteriores a la condena, libertad vigilada durante siete años y que indemnice a la mujer con 15.000 euros por las lesiones y el daño moral sufrido.
La defensa ha pedido la absolución del acusado al entender que ninguno de los hechos relatados han quedado probados. Considera que no se han concretado las múltiples agresiones y vejaciones que la mujer asegura haber sufrido y no hay constancia de lesiones físicas ni psicológicas durante los años denunciados, ni informes médicos ni marcas vistas por personas de su alrededor, ha argumentado. Pide que se tenga en cuenta la presunción de inocencia para absolverle y que, subsidiariamente, se le condene por un delito de violencia de género con una pena no superior a seis meses, ya que no tiene antecedentes.