El acusado de asesinar y descuartizar a una mujer en Girona ha asegurado que la estranguló con un cable sin querer mientras hacían un juego sexual. El crimen tuvo lugar en octubre de 2013 en un piso de la calle Pare Coll de la ciudad. El procesado, Dave Verbist, ha declarado que aquella noche había consumido alcohol y drogas en exceso y que, mientras apretaba el cable de plástico, en ningún momento se dio cuenta de que la víctima tuviera dificultades para respirar. Verbist también ha echado culpas sobre su compañero de piso, Doramas Sánchez, también acusado en el caso por encubrimiento, diciendo que fue él quien le dio la idea de trocear el cadáver para deshacerse de él. Un extremo que, durante su declaración, Doramas ha negado.
Primera sesión del juicio con jurado popular contra Dave Verbist, el belga acusado de asesinar y descuartizar a una mujer en Girona en octubre de 2013. Cuando tuvo lugar el crimen, Verbist hacía un año que vivía en el piso de la calle Pare Coll. Había entrado en septiembre de 2012, después de que el otro acusado le ofreciera compartirlo. Según ha explicado Verbist, aquel 23 de octubre él y Sánchez pasaron la tarde en un bar jugando al billar. Por la noche, la víctima pasó por delante del local, ellos dos la vieron a través del cristal y, sin conocerla de nada, la invitaron a entrar. Verbist ha explicado que, desde entonces y hasta las tres de la madrugada, cuando el local cerró, estuvieron "bebiendo cerveza y chupitos juntos". Además, el belga y la víctima también consumieron cocaína. Después, el grupo subió hasta el piso de la calle Pare Coll. Allí, según la versión de Verbist, Doramas se fue a dormir a las cuatro y media de la madrugada y él y la víctima fueron hasta la habitación, donde mantuvieron relaciones sexuales. Después, salieron a la calle a comprar más cocaína y volvieron a subir hacia arriba para seguir practicando sexo. Dave Verbist ha relatado que a la mujer le gustaba "el sexo duro y salvaje" y que fue ella quien le propuso que la asfixiara. "Primero lo hacía con las manos, pero después me pidió si tenía una cuerda o un pañuelo", ha dicho el procesado. Verbist ha explicado que cogió un cable de plástico, como de teléfono, y que, como la víctima le había pedido, se lo pasó por el cuello. Sin querer El acusado ha asegurado que, mientras duró la relación, en ningún momento se dio cuenta de que a la víctima le costara respirar o que la estuviera asfixiando. "Se quedó con la misma postura todo el rato", ha precisado. Fue después, cuando vio que no se movía, cuando se dio cuenta de que la había matado. "No sabía qué hacer, estaba bebido, drogado y nervioso", ha precisado. Entonces, escuchó como Sánchez, que ya se había levantado, se estaba duchando. Dave Verbist ha explicado que entró en el lavabo, le explicó qué había hecho y le pidió consejo. "Él me dijo que no quería saber nada, que teníamos que esconder el cadáver, y me dio la idea de trocearlo", ha explicado. Mientras su compañero de piso estaba en el trabajo, Dave Verbist ha explicado que descuartizó el cuerpo en la bañera. Después repartió el cadáver en bolsas de basura y las fueron tirando a diferentes zonas boscosas de los alrededores de Girona. El crimen de Madrid, a raíz del de Girona Al cabo de pocos días, Dave Verbist y Doramas Sánchez dejaron el piso de la calle Pare Coll para irse a vivir a Madrid. Antes, sin embargo, lo limpiaron a conciencia y lo repintaron. El procesado ha explicado, sin embargo, que lo hicieron porque sus dos perros "acostumbraban a manchar las paredes" y, de este modo, se aseguraban de que el propietario les devolviera la fianza. Verbist ha declarado que en ningún momento tuvo "intención" de matar a la víctima cuando la vio. Sí que ha dicho, sin embargo, que el crimen que cometió en Madrid en junio de 2014, en el que estranguló y quemó a una turista danesa, fue consecuencia del de Girona. "Llevaba mucho tiempo sin poder dormir, atormentado por lo que había hecho; se me había quedado grabado en la mente y empecé a drogarme aún más", ha explicado. Según ha dicho, aquella noche en que mató a la turista danesa, "por mala suerte", se le "fue la cabeza". "No sé ni lo que hice, me alcoholizaba y me drogaba para olvidar", ha dicho, recordando que él mismo confesó el crimen de Girona cuando la policía lo detuvo por el asesinato de Madrid. "No me lo creía" Por su parte, el compañero de piso de Verbist ha desmentido que fuera él quien le diera la idea de desmembrar el cuerpo de la víctima. Doramas Sánchez ha explicado que, aquel 24 de octubre, cuando Verbist le confesó que había muerto la mujer, pensó que le gastaba una broma. Fue al salir de la ducha y pasar por delante de la habitación del belga, sin embargo, cuando vio el cuerpo de reojo. Entonces, ha explicado que optó por irse a trabajar y no decir nada a la policía porque aún no se lo creía. "Nunca le di la idea de cortar el cadáver; cuando volví del trabajo por la noche ya me encontré el cuerpo repartido en bolsas", ha explicado. Entonces, Sánchez ha dicho que se quedó "horrorizado" y que, seguramente, fue entonces cuando Verbist le pidió las llaves del coche para ir a tirar el cuerpo al bosque y él asintió. El procesado también ha explicado que, cuando días más tarde el belga le dijo de ir a tirar el colchón, no se pudo negar. Doramas Sánchez, a preguntas de su defensa, ha explicado que consideraba a Verbist como un hombre "agresivo". También ha dicho que al día siguiente del crimen, cuando el belga le dijo que si quería fuera a la policía, notó "un cierto tono de amenaza en su voz" y que, como estaba medio sobrepasado, por eso optó por irse a trabajar. Por este crimen, Verbist se enfrenta a una pena de 17 años y diez meses de prisión por asesinato y profanación de cadáver. Sánchez, por su parte, a una condena de 3 años y cuatro meses por encubrimiento y profanación de cadáver. El juicio continuará este martes en la Audiencia de Girona con las declaraciones de testigos.
