¿Cuándo inició su actividad la Junta Provincial de la AECC en Lleida?
En el año 1953 comenzó a nivel nacional y Lleida fue una de las primeras provincias en iniciar la actividad a nivel provincial en el año 1959. Todo comenzó a raíz de la necesidad que tenían las personas afectadas, las cuales estaban desprovistas de cualquier servicio. La diferencia es que antes era un tema de voluntad, mientras que ahora ya ha alcanzado una vertiente más profesionalizada. Somos un punto de referencia en relación al cáncer, porque se inició para dar asistencia a las personas con esta enfermedad cuando entonces no tenían ninguna.
¿Podría hablarme de algunos de los servicios que ofrecen a día de hoy?
La base de la Asociación siempre ha sido ir adaptándonos a las necesidades de cada momento. Básicamente luchamos por disminuir el impacto que causa esta enfermedad, acompañando a las personas enfermas y a sus familias de Lleida y provincia, aunque hoy en día nuestra tarea se extiende a diferentes campos. Una de estas tareas consiste en informar y concienciar a la sociedad para prevenir la enfermedad y promover hábitos de vida saludable mediante campañas, programas o conferencias.
Por otro lado, les apoyamos y acompañamos mediante servicios de atención social, psicológica, fisioterapia o colonias de verano para niños con cáncer, entre otras acciones. Entre nuestras prioridades también se encuentra la de promover y apoyar en todos los aspectos la investigación oncológica para combatir esta enfermedad.
¿En qué se basan al decidir que es necesario crear un nuevo servicio integrado en la asociación?
Intentamos no iniciar nunca ninguna prestación que no tenga una razón fundamentada, que responda a una necesidad real y, sobre todo, que podamos llevar a cabo con continuidad. Al principio era un tema exclusivamente de bondad y voluntad, pero, sin dejar de lado su importancia, vemos cómo cada vez adopta más trascendencia la tarea profesional que realizan los técnicos dentro de la Asociación. Siempre intentamos dar respuesta a las necesidades que van surgiendo y que nos plantea la gente.
¿Qué proyectos de futuro se plantean desde la Asociación?
Queremos seguir creciendo, sobre todo con el tema de la atención a las personas enfermas y también en términos de difusión para dar a conocer nuestra tarea. Nuestro plan de acción de aquí a 2020 es triplicar el número de personas a las que llegamos, tanto por los servicios que ofrecemos como por el número de socios.
¿La enfermedad sigue siendo un tema tabú en la sociedad o ya está normalizado?
Algunas personas aún se muestran reticentes en este sentido, sobre todo los hombres. Las mujeres son más valientes, mientras que a nosotros aún nos falta dar un paso adelante, nos cuesta un poco más.
¿En qué aspectos o situaciones encuentran más impedimentos a la hora de desarrollar su tarea?
Considero que tenemos dificultades en la difusión de nuestras prestaciones, las cuales se realizan a través de profesionales de la oncología. Es importante tener una continuidad, insistir y ser constantes a la hora de hacer difusión de todo aquello que técnica y clínicamente hay que hacer para que enfrentarse a un cáncer sea más fácil. Hay que crear conciencia informativa de lo que supone esta enfermedad y esta es una tarea que debemos hacer todos juntos.
¿Cómo valora el nivel de implicación de la población, la administración y los trabajadores? ¿Considera que están suficientemente concienciados?
Debemos reconocer que nos atienden bien, tanto en las diferentes iniciativas y servicios que llevamos a cabo como en la propia Asociación, pero siempre es necesario más. Cuando implantamos un servicio debemos procurar que perdure en el tiempo. Por ejemplo, estamos creciendo con socios, llegando a más de 3.000, y este es uno de los factores que demuestran que tenemos una cimentación muy sólida de nuestra tarea. Debemos procurar seguir haciendo actividades que permitan pagar a los diferentes profesionales, aunque los servicios están encarados. Sin menospreciar a las demás entidades que trabajan firmemente por diferentes causas, pienso que una de nuestras características es el trabajo de fondo que hay detrás, lo cual nos ha llevado a ser reconocida como una entidad seria, con un trabajo hecho por profesionales y bien documentado.
Somos una entidad que a lo largo de estos 60 años hemos ido poniendo en marcha una serie de prestaciones y servicios validados, conformados y asegurados, valorando la realidad que tenemos en Lleida, la cual no tiene nada que ver con la de Tarragona, Girona o Barcelona. La administración y las instituciones en general te acogen bien y tienen intención de colaborar cuando les presentas un proyecto documentado, pero lo que realmente importa es que la población en general muestre disposición. Aún así, nuestra mejor garantía de que estamos validados y que trabajamos bien es la respuesta de nuestros usuarios. Por ejemplo, cuando ves a un paciente que lo ha sido durante mucho tiempo y después se hace voluntario, cuando te traen regalos agradeciendo nuestro servicio o cuando un profesional sanitario valida la efectividad por el trabajo hecho.
¿Cuál considera que es la principal urgencia o necesidad más inmediata que permitiría mejorar la asistencia a los usuarios?
El estudio que presentó el observatorio de la AECC el pasado 4 de febrero mostraba el impacto económico que tiene un diagnóstico de cáncer en una familia. Esta afectación se agrava en los casos en que las familias o personas son más vulnerables laboralmente, cuando se encuentran en el paro o con sueldos bajos. Asimismo, los trabajadores autónomos salen mucho más perjudicados que el resto. Desgraciadamente, es fácil que a muchas personas el diagnóstico de cáncer les afecte hasta el punto de acabar en una situación de riesgo de exclusión social.
Se ha pedido al Estado un plan de actuación general para poder trabajar en estas situaciones. Como entidad nos encontramos impotentes de no poder ayudar en este sentido. Podemos dar apoyo económicamente, pagando una peluca o unos desplazamientos, pero quizás aquella persona enferma necesita una buena baja laboral o no tener que pagar la cuota de autónomo durante cierto tiempo. Es necesario elaborar un plan integral para combatir estas situaciones y evitar así, por ejemplo, que la gente que pase de vivir una situación normal a ser diagnosticada con esta enfermedad no sea también víctima de la precariedad económica y social. Se junta el hambre con las ganas de comer, porque estos problemas se suman a las dificultades que ya genera la propia enfermedad. Esta impacta duramente en la vida de una familia en todos los sentidos, a nivel social, emocional, laboral y económico, entre otros. Muchos colectivos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad ya tienen una respuesta por parte del Estado. Esta respuesta funcionará o no, pero el cáncer también la necesita. Es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos y del cual seguiremos picando piedra para conseguirlo.