Domingo Tomàs, concejal de fiestas y servicios: "Para Tortosa, la Fiesta del Renacimiento ha representado un antes y un después"

12 de mayo de 2020 a las 07:37h
Acabamos de estrenar alcaldesa, la primera en la historia del municipio. ¿Este hecho influirá en el enfoque de las fiestas? Estamos a las órdenes de una nueva persona que asume el reto de la alcaldía. El hecho de que sea mujer no debe influir ni interferir en nada más allá de su forma de desarrollar la fiesta mayor. Su toque personal ya se ha ido viendo, por ejemplo, con la inauguración de Expoebre 2018, a cargo de una mujer. Seguramente veremos otros momentos en que la alcaldesa dará el protagonismo a las mujeres. ¿Qué pasos prevé la administración local para hacer frente a la vulnerabilidad de las mujeres en las fiestas? A raíz del caso de La Manada de hace dos años en Pamplona, ha habido dos mociones en el pleno del Ayuntamiento que pedían que adoptáramos el mensaje "No es no" y organizáramos actividades informativas en este sentido. Ahora bien, nosotros no queríamos ir por libre y actuar improvisadamente sin que hubiera una iniciativa unitaria al respecto. En todo momento nos hemos ceñido a nuestros protocolos internos de trabajo. Actualmente hay una campaña capitaneada por el Instituto Catalán de la Mujer. Aquí sí que nos apuntaremos, seguramente a partir del Renacimiento. Creemos que podemos ser la punta de lanza para que muchos pueblos ebrenses vean que Tortosa hace los deberes. Cabe decir que las fiestas de San Fermín no tienen nada que ver con las de Tortosa, a pesar del volumen de personas que movemos en los días de fiesta mayor. Por otra parte, aquí el público es de una gran calidad, muy noble. Evidentemente, sin embargo, pueden pasar muchas cosas. ¿Cómo se plasmará esta campaña en el Renacimiento? Habrá una identificación muy clara de los puntos donde pueden acudir las mujeres agredidas, sin que ello implique presentar una denuncia. Allí las atenderán profesionales de muchos ámbitos (trabajadores sociales, psicólogos...). Tenemos la comisaría muy céntrica, allí donde se concentran las fiestas del Renacimiento, pero pensamos que no es este el lugar. ¿Y la prevención? Todo el mundo que trabaje en el Renacimiento recibirá material para saber cómo actuar ante las agresiones. También queremos incluir el mensaje en el programa del Renacimiento y de las Fiestas Mayores, con recomendaciones sobre cómo vivir la fiesta. ¿Cómo es que no hay actos taurinos en Tortosa? La tradición de toros de calle tortosina está documentada. De hecho, antes de la guerra civil, la capital del Baix Ebre tenía una plaza de toros con aforo para más de 4000 personas, en Remolins, y se toreaba. Después de la guerra, aquella plaza quedó dañada y la derribaron. Tortosa dejó atrás esta etapa y optó por otro modelo de fiestas. Ganaron la partida la recuperación del folclore popular y la visión más cultural de la fiesta. ¿Por qué en otros municipios, como Amposta, las fiestas han evolucionado de otra manera? Diría que es por el entorno. Hoy en Tortosa el sector primario tiene una presencia inferior a la de otras poblaciones. Los aspectos relacionados con el campo han desaparecido de la trama urbana. La grandeza de las Tierras del Ebro será máxima cuando sepamos valorar lo que hacen en el pueblo de al lado. El cosso-iris de Roquetes es un ejemplo. Para mí, este acto había sido, hasta no hace mucho, todo un referente. La gracia era que había roquetenses que aún disponían de almacenes con tractores y carros, en los que podían empezar a trabajar un mes antes de fiestas. La decadencia del cosso-iris de Tortosa es producto de la escasez de tractores y carros en la capital del Baix Ebre. ¿Qué ha representado la Fiesta del Renacimiento para Tortosa? Un antes y un después. Una oportunidad de proyectar la ciudad al exterior, de llegar a todas las culturas de una forma muy transversal. La Fiesta del Renacimiento ya es una marca. Según un estudio de impacto económico, documentado por la Universidad Rovira i Virgili, los cuatro días del Renacimiento generan entre seis y ocho millones de euros para la ciudad. Contamos todos los sectores: hotelero, restaurador, ferretero, carpintero, textil... ¿Por qué se celebra en pleno verano? Las temperaturas no son las ideales para los vestidos de época. En el Renacimiento siempre ha sido clave la implicación ciudadana, del voluntariado y las entidades. Si no recuerdo mal, la primera edición tuvo lugar en mayo y la segunda en junio. El problema era que la juventud de la ciudad, el voluntariado, estaba de exámenes. Y sin ellos la fiesta no habría podido arrancar. Ahora ya tenemos un voluntariado organizado, constituido por 800 personas. ¿Qué es lo que ha llevado a la población tortosina a implicarse tanto en la Fiesta del Renacimiento? Esta fiesta ha sido capaz de recuperar la autoestima de la ciudadanía. Los tortosinos y tortosinas han acabado sintiéndose orgullosos, de la Fiesta del Renacimiento. Se han dejado llevar por este impulso. Todo el mundo tiene a alguien en casa que participa en este evento. Hay quien dice que la población no se viste tanto como antes. No es cierto: lo que pasa es que estamos diluidos porque cada vez tenemos más visitantes. Los costureros y costureras cada año nos facilitan las cifras de los vestidos que confeccionan y venden. Aproximadamente el 10% de la población tortosina se viste de época para el Renacimiento. Incluso hay unas tendencias que varían: la indumentaria de hace cinco años no es la misma que la de este año. ¿La edad influye, a la hora de participar en la Fiesta del Renacimiento? En los desfiles, participan ciudadanos que tienen desde 1 año hasta más de 80. Cuando yo empecé a participar como voluntario, hace dos décadas, me costaba mucho animar a mis compañeros hombres a que se pusieran medias. Incluso tuvimos bajas en las entidades porque había quien se negaba a ponerse unas mallas. Hoy ya tenemos generaciones que saben que esta pieza forma parte de la indumentaria del Renacimiento. Háblenos de la proyección de la Fiesta del Renacimiento en toda Europa. Somos una fiesta reconocida, respetada y observada, lo cual lleva a la imitación. Al principio íbamos a Le Puy-en-Velay, en Francia, buscando inspiración. Nos llevaban una década de ventaja en la celebración de una fiesta dedicada al Renacimiento. Con los años, nos hemos igualado con ellos, les hemos avanzado e incluso nos han acabado copiando en algunas cosas. Ellos también vienen aquí. Hay muy buena relación: si decidimos importar alguna actividad del otro, nos lo comentamos. Formamos parte de la asociación europea Euro XVI, que aglutina las fiestas de recreación histórica contextualizadas en el siglo XVI. Las dos potencias de esta entidad son Tortosa y Le Puy-en-Velay. Si uniéramos lo bueno y mejor de su fiesta y de la nuestra, el resultado sería una fiesta increíble en el ámbito de la recreación histórica. ¿La Cinta ha perdido terreno ante la fiesta del Renacimiento? Hay quien dice que el Renacimiento ha matado la Fiesta Mayor, pero son eventos diferentes. La Fiesta del Renacimiento es un producto de promoción de ciudad extraordinario. Ya llevamos 23 ediciones, pero no deja de ser una moda, continuada en el tiempo y muy bien implantada. Las fiestas mayores forman parte de nuestro ADN. Son una forma de celebración, de transmisión oral de determinados costumbres y tradiciones en torno a una figura de connotación religiosa. La fiesta, sin embargo, no se justifica únicamente por la devoción y la fe. Ha habido épocas en que la fiesta mayor era decadente. Hoy tenemos un modelo renovado. Presupuestariamente, no se puede mantener una semana de programación. Además, en la era de la globalización, la Cinta no se puede seguir celebrando como hace 30 años. Hoy son cinco días intensos, en los que la ciudadanía no para en casa, con un total de 900 peñistas y unas peñas innovadas. Antes teníamos un presupuesto superior al medio millón de euros. Actualmente estamos organizando las Fiestas de la Cinta con 175 000 euros, y esto no ha sido fácil. Ya no vienen figuras artísticas de tanto renombre como hace tres décadas. En aquella época había otros valores. Hoy en día no podemos desviarnos del presupuesto. Por otra parte, los precios de los espectáculos se han incrementado exponencialmente. Los cachés de aquella época no tienen nada que ver con los actuales: contratar un grupo de renombre español puede costar 70 000 euros, lo cual nos obligaría a renunciar a actos festivos. Ahora que toda la música se encuentra en Internet, es con los conciertos que realmente hacen dinero los grupos. Eso mismo. Tengamos también en cuenta que hace treinta años las producciones eran más sencillas. Antes el espectáculo no se basaba en las grandes pantallas web y los efectos especiales. Bastaba con un gran vocalista, unos buenos músicos y un equipo de sonido digno. Por otra parte, ahora a la juventud no le interesa tanto que venga un grupo famoso como la posibilidad de estar de fiesta hasta las 8 de la mañana los cinco días de La Cinta, y esto lo permiten los discjockeys. ¿Qué balance hace de las fiestas de los barrios de Tortosa? Tienen todo mi reconocimiento. Actualmente hay una crisis de valores, falta implicación de la ciudadanía en el ámbito asociativo. Y, sin embargo, hay quien se involucra y mantiene la esencia de la tradición de las fiestas de los barrios. Marcan tendencia las asociaciones de vecinos que montan desde hace muchos años la fiesta de su barrio. Destacaría la Revetlla de Sant Joan en Ferreries: aquella noche, las fiestas de Ferreries se convierten en la referencia de la fiesta popular en Tortosa. Todos hemos hecho un esfuerzo de reconfiguración, para tener un producto lo más actualizado y atractivo posible, que no tiene nada que ver con el de hace tres décadas, cuando el vecindario hacía más vida en la calle.